Capitulo I

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Capitulo I

Un día como todos, un estúpido lunes más, en este estúpido lugar, con estos estúpidos compañeros, con la misma estúpida enfermedad.

Escribía yo en mi diario que había decorado con cuchillas y sangre falsa (mesclada con la mía pero eso nadie lo sabía), también tenía sacapuntas sin la cuchilla y fotos de chicas “perfectas”, sin contar mis lágrimas de cada vez que lo agarraba porque las cuchillas me cortaban las manos, muy pocas personas vieron mi diario y nadie lo ha leído.Pero ese día iba a ser muy diferente ya que un “compañero nuevo” vendría. Pero como yo dije no era un compañero como todos este yo lo conocía era ¡¡Luca!!

¡Gabriela!- me dijo la enfermera, ahí un nuevo compañero se llama Luca dormirá en tu cuarto

Yo pensé que raro ente año me enamore de un tal Luca fue muy complicado pero yo sabía que nunca le gustaría, no soy linda es más tampoco soy flaca y solía ser muy amigable pero esos últimos días me había puesto muy depresiva y él me vivía preguntando que me pasaba y yo decía “nada” como una tarada.

Luca paso a la habitación y vio un calendario tachando los días que faltaba para morir y marcas rojas en las paredes y dos camas perfectamente medidas una estaba a un metro de la ventana y la otra a tres me vio a mí y le brillaron los ojos. Era el, el Luca que yo conocía, el que yo odiaba, quería ver muerto, pero, ¿Qué hacia el aquí?

¡Luca!- dije yo sobresaltando- ¿Qué haces aquí?, ¿Qué te paso?, ¿A quién viniste a ver?

A nadie- me respondió sonriente

En ese momento la enfermera nos dejó solos y nos pusimos a hablar.                                                    

Me metieron aquí por adicciones- me dijo con los ojos llorosos

Pero solo tienes 13 como para drogarte- respondí yo sorprendida

¿Y vos? ¿Qué haces acá? Nos dijeron que viajabas – me dijo el interesado

Mintieron- interrumpí –todos mintieron estoy aquí por “suicida” por bulimia y como si fuera poco anorexia

En serio, no te lo creo parecías una chica muy inocente – me dijo haciéndose el sorprendido

Jajaja - me tente – yo creía que vos eras un nenito

Yo, perdón – me dijo mirándome con cara de gracioso

Si te perdono-le dije yo con un tono burlón

Justo en ese momento me di cuenta que era como antes las mismas conversaciones de antes, la mismas vida solo que ahora vivíamos juntos. ¡¡Vivíamos juntos!! No me quiero morir, no tengo más privacidad,  uf justo vino la enfermera.

Señorita Morales – me dijo la enfermerita con su sonrisita falsa – tiene que ir al psicólogo

Si, si ahí voy – dije yo media pesada, osea me cagaste la conversación.

Chau, suerte – me dijo con una sonrisa enorme, parecía re feliz, pero, ¿De qué?

Luego de una hora termine mi vendita psicólogo, me fui a mi cuarto y estaba…  vacío. ¿Qué raro?

Hola, ¡Hola! –grite yo fuerte en la pieza estaba completamente el vacío - ¿Alguien? ¿Luca?

¿Y quién tenía que llegar? Exacto la enfermera

Morales, el señor Johnson está conociendo a su psicóloga – con su risita de estúpida –

Ah bueno decile que cuando valla a entrar toque la puerta – dije yo con desgano –

 La enfermera se fue repartiendo “alegría” a todos el mundo y claro con ese cuerpo quiero no era feliz la mina era rubia y con una curvas perfectas tenía ojos claros y no era ni muy alta y no muy bajita, pero, ¿Por qué trabajaba aquí?                                                                                                  En ese momento llego Luca lo cual se veía muy feliz, cuando entro solo le sonreí pero tenía algo raro en su mano era mi… ¡Era mi diario! Él tenía mi diario con razón le sangraba la mano él soltó el diario y me abrazo

¿Por qué tiene esa decoración? – me dijo mientras me abrazaba –

Me di cuenta que no había leído nada y me di cuenta se le había caído una lagrima yo le importaba, él era el más cerrado de los que yo había conocido él era; era lo mejor que me había pasado

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