Expediente C [Lisa]

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Las amistades pueden llegar a ser tóxicas; mamá siempre me decía eso pero nunca tomaba en cuenta sus consejos. Papá me recordaba que la mayoría de los hombres pueden ser idiotas e ignorantes, nuevamente, mis oídos eran sordos.

Era así, una pizca de ambas, advertencias de cada lado. Como no pudieron mis padres, la vida se encargó de enseñárme a las malas.
La vida no tardó en ponerme en una silla y empezar las clases, ya empezaba a sentir el calor del infierno.

Terminé en un lugar oscuro, uno en que tus emociones estaban por explotar. Violar, amenzar, golpear, humillar. Todo en una sopa. Aunque logré escapar, mi felicidad no duró por mucho tiempo.

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