Capítulo único. Timeless.

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Poco a poco la tarde fue cayendo en la ciudad de las luces, también capital coreana y una de las ciudades que tenía las mejores escuelas privadas. Pero no por tener la educación pagada los estudiantes se limpiaban las manos de sus obligaciones diarias. Por eso estaban los dos chicos en el salón de clase cuando el cielo ya empezaba a colorearse de rosa y el Sol se teñía de naranja, dando una vista alucinante para cualquiera que la viera desde la tercera planta del centro educativo.

Y allí estaba Lee Daehwi, apoyado sobre el gran ventanal de la clase B de la tercera planta, apreciando el maravilloso poner de Sol mientras que la suave brisa de otoño movía su cabello. Cualquiera diría que esas cosas pasaban tan solo en las películas o en los libros, todos en algún momento hemos tratado de hacerlo sintiéndonos tontos ante la fea realidad de que el viento no acaricia nuestro cabello con suavidad ni el sol nos alcanza con una cantidad de luz y con un ángulo tan perfecto como el que estaba manteniendo el joven rubio. Pero sí, aquella imagen era real, y Kim Samuel se sentía hipnotizado con ella.

El joven americano no se había movido de la puerta del salón, quedando conquistado en el momento en el que sus ojos detectaron la paz que emitía la figura de Daehwi en aquella posición. Con sus rojos y gruesos labios levemente abiertos, su tez pálida que ahora reflejaba el anaranjado Sol y su suave cabello levemente despeinado; ante la vista de Samuel, Daehwi era un ángel. Muy a pesar de su estridente voz, de su actitud de diva, de su preocupación por lo exterior; en aquel momento Samuel encontró un mundo totalmente distinto en los oscuros ojos del rubio. Un mundo que emitía paz y tranquilidad, lo cual no hacía Daehwi habitualmente.

La falta de aire le devolvió la vida a Samuel, quien en silencio cerró la puerta tras sí y se dirigió a donde el rubio se encontraba. Sentándose en el borde del ventanal, se apoyó en la barra que separaba ambas ventanas, manteniendo su vista en el tranquilo rostro de Daehwi. Dudó sobre qué tema sacar, y si debía sacarlo. Por un momento la confianza del americano bajó, dejándolo a su propia suerte. Pero volvió cuando sus labios se abrieron.

- ¿Escapando de la vida de presidente de clase, DaeDae? – Cuestionó con curiosidad, esperanzado a que el contrario no fuera desagradable con él.

- Un poco. ¿Alguna vez habías visto algo tan bonito como el atardecer? Es realmente hermoso. – Contestó con una voz calmada y pausada, agrandando suavemente su sonrisa sin despegar sus ojos del brillante sol que poco a poco se escondía.

- Lo estoy viendo ahora... - Susurró Samuel casi sin darse cuenta, dejando sus facciones caer embobadas ante la imagen. Daehwi se sonrojó ante el comentario, saliendo de su estado de relajación para mirar con asombro al americano.

- ¿Qué?

Samuel salió de su estado de embobamiento al ver el rostro de sorpresa Daehwi, haciendo con que casi pierda el equilibrio hacia atrás, arriesgándose a caer por la ventana. El rubio, con agilidad corrió a tomar su chaqueta para tirar de esta, mientras que el moreno buscó apoyo con sus manos, terminando saltando de vuelta al suelo. Suspiró al sentir tierra firme, abriendo sus ojos despacio luego del susto para encontrarse con la confusa mirada del rubio sobre la suya.

Se encontraban a puros centímetros del otro, el rubio aun ni soltaba su chaqueta, incluso la estaba agarrando con más fuerza. Samuel pudo sentir su corazón acelerar de forma descontrolada y sus mejillas teñirse de un tímido rojo. El pensamiento de unir sus labios pasó por su cabeza cuando el más bajo abrió los suyos, pero al escuchar sus palabras sintió como su confianza volvía a alejarse.

- ¿Qué dijiste antes?

- A-ah... - Sus palabras no salían, aunque quisiera repetir lo que había dicho antes, su mente tan solo no procesaba lo que venía siendo el alfabeto para poder hablar.

- ¿Samuel? – Daehwi dio un paso adelante, haciendo con que el mencionado retrocediera igualmente.

- Dije que... que... - Samuel miró a su alrededor en busca de alguna excusa. – Que se está haciendo tarde. ¿Te acompaño a tu casa?

El rubio cerró sus labios en un mohín, el brillo de sus labios desapareció en un toque de decepción y un suspiró se escapó se escapó de sus pulmones. Rápidamente se alejó, dándole la espalda al americano para empezar a caminar a sus cosas. – No hace falta. – Dijo de forma cortante y en un pequeño susurro. Entonces Samuel entendió que había estropeado el ambiente y que de nuevo todo seguiría igual.

Igual a toda la situación desde que se conocieron hacía ya tres años. Por ese entonces no eran más que dos adolescentes de 12 años con muchas esperanzas en la famosa segundaria; esperanzas que desaparecieron luego del primer trimestre y saber desde ese entonces que uno, a pesar de ser muy cercanos y saber por terceros que ambos se gustaban, ninguno se confesaría tan pronto como esperaban por el simple hecho de ser tan perfeccionistas y bobos; dos, sus expectativas en relación a los estudios también cambiaron drásticamente, resultó ser que las carreras de veterinario y de abogado eran objetivos muy complicados, por lo que sus hábitos también cambiaron, tragándose casi toda la juventud que ellos tenían.

Para ambos, que eran de los mejores de la clase, esos últimos tres años habían pasado volando entre libros y resúmenes. Sin darse cuenta apenas quedaban unos meses para terminar el año, graduarse y seguir por caminos separados debido al futuro que ambos habían escogido. Se olvidarían el uno del otro y aquello no sería más que un pequeño y duradero "crush" de sus vidas adolescentes, tal vez cuando fueran mayores les contarían a sus hijos que el otro había sido la aventura más loca que tuvieron en segundaria, a pesar de lo quieta y lenta que era...Pero a decir verdad, Samuel no se imaginaba en ese momento teniendo hijos, menos si no daba el paso y se confesaba a Daehwi.

Rápidamente corrió por entre las mesas a tomar el pulso del contrario y atraerlo a su cuerpo de nuevo. El rubio lo miró de mala gana, haciendo con que Samuel suspirara para calmarse.

- No sé cómo decírtelo, Daehwi...

- No lo hagas, entonces.

Samuel miró al rubio con desesperación, este se veía dolido. Con cuidado llevó sus manos a ambos lados del rostro del más bajo, acariciando este antes de tomar el valor de unir sus labios. Su pecho se descontroló, su corazón latía a mil por hora y sentía sus piernas temblar levemente. No estaba siendo correspondido, Daehwi seguía estático ante el tacto y no parecía querer responder.

Con un peso triste en su pecho, el moreno se separó del más bajo para mirarlo con un pequeño puchero en sus labios. Bajó sus manos del rostro ajeno a las manos del mismo, acariciando estas con cuidado. – Me gustas, Daehwi. Me gustas mucho. – Confesó observando los oscuros ojos del ajeno, viendo como estos volvían a brillar poco a poco.

El mencionado apretó las manos del americano, volviendo a sonreír mientras que se alzaba a besar al más alto. – Tú también me gustas, Samuel.  

~ Fin ~




⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️ Notas de Autor ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

¡Tchán, tchán, tchán! Ha pasado mucho tiempo desde que publico algo.... /esquivar piedras por no actualizar el fic que tiene por ahí abandonado del WonHui

También ha pasado tiempo desde Produce101 y que Samuel no se cualificó, peeeeeeeeeeeeeeeeeeeeero, lo siento mucho, el SamDae es mi SHIP FRUSTRADA. YO QUERÍA QUE LOS DOS GANARAN Y FUERAN UNA COUPLE PERFECTA, POR QUÉ ERES ASÍ MNET.


En fin, dejando mi hermosa frustración a un lado. Luego de año y medio por fin termino esta burrada, así que dadle mucho amor y a mi también. Recordad preguntarme antes de adaptar lo que sea <3

⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️ FIN Notas de Autor ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

Timeless {Samuel x Daehwi}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora