Mükemmel; TodoBaku

O2: Redes Sociales

AU: Donde Katsuki y Shōto son jóvenes normales con una vida casi normal.

【ａｌ   ｆｉｎａｌ】

Se conocieron hace tres años ya, a los trece. Todo comenzó por un ya viejo juego online con chat para usuarios. Shōto era bueno en lo que hacía y no hablaba mucho, el perfecto compañero para Katsuki básicamente.

Hablaban fugazmente en la ventana de chat, pero de alguna manera se acostumbraron el uno al otro.

Luego de un tiempo intercambiaron correos electrónicos y desde entonces fueron enviándose mensajes de vez en cuando. Ambos eran japoneses pero Katsuki vivía actualmente en Italia por el trabajo de su madre. Por su parte, Shōto no eran de los que hablaban mucho de sí mismos. Pero con el tiempo Katsuki supo que había problemas en su casa, al igual que el padre de Shōto era un empresario de una importante compañía la cual aún no descubría el nombre, lo que sí sabía era que el viejo ese era una mierda de persona.

El tiempo en ese momento jugó a su favor, y luego de tantos mensajes, llamadas, juegos, videochats y demás ya no era sólo la costumbre lo que los mantenía al pendiente el uno del otro.

Después de noches de desvelo platicando aprendieron a conocerse.

Conocieron los gustos, sueños, anhelos y miedos del otro. Y así, a sus dieciséis años decidieron comenzar una relación.

“¿Por qué no sólo eres mi novio?” escribió Shōto.

“Tu novio y una mierda, esto no funcionaría, sabes. Estas cosas nunca funcionan.” Replicó el rubio.

“¿Quién dice? ¿Acaso el gran Katsuki se está dejando llevar por lo que dicen otras personas? Qué decepcionante…”

“Cállate, imbécil”

“¿Entonces? Podríamos intentarlo. Tú me gustas, lo sabes. Y apostaría que yo a ti.”

“JAJA, te estás dando demasiado crédito, bastardo.”

“Creí que te gustaban los retos.” Hizo su última jugada el bicolor ya estaba acostumbrado a los desplantes de Bakugō, sin embargo esta vez estaba hablando en serio, muy en serio.

“Amor de lejos es de pendejos”

»“Pero tal vez podríamos intentar”

Al terminar de escribir eso las manos de Katsuki temblaban y tuvo que lanzar su estúpido teléfono a la cama y respirar. Tal vez así estaría bien, dudaba mucho de su capacidad de demostrar afecto en persona así que ese tipo de relación no le iría mal.

Es por un tiempo, no es que todo esto fuera en serio, es simplemente para pasar el rato, sí. Nos llevamos bien, esto podrá ser entretenido. Es lo que pensó para sí el rubio cuando se recostó en su cama alcanzando el teléfono. Había recibido un corazón como respuesta y entonces soltó una carcajada.

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“Tal vez un día podamos conocernos, en algún momento regresarás a Japón, ¿no es así?” escribió Shoto a Katsuki.

Había pasado ya casi año y medio de que comenzaran esa especie de noviazgo. Noviazgo que, inesperadamente, estaba fluyendo de lo mejor posible para ese tipo relaciones.

“Sí es probable, pero eso no quiere decir que estemos juntos para cuando yo regrese.”

“Eres de verdad un aguafiestas.”