Los zapatos rotos
Ojalá mis piernas no me fallen, ojalá llegar hasta el final.
Observo las paredes y con cada paso que doy mi alma se desquebraja un poco más.
Donde antes había rosas, ahora sólo hay arbustos salvajes que crecen a sus anchas en lo que alguna vez llamamos nuestro.
Mis zapatos están rotos, y todo el mundo cuando los ve me juzga con la mirada.
Ahora todos me miran como si fueran un gato negro, que les va a proporcionar la mala suerte.
Qué sabrán ellos de mala suerte si no te perdieron.
La lluvia me cala hasta el más pequeño de mis huesos y entre la multitud me siento diminuta, indefensa, alguien más.
Sé que muchas miradas se posan en mí y que piensan: ¿Aún sigue así?
Sigo rota, sola y dolida. Eso no cambió, lo que sí cambió es que ahora todos me juzgan por como creen que soy y no como realmente soy.
Todos saben que tengo los zapatos rotos, pero no por qué se rompieron.
A ti siempre te llamaron la atención las personas rotas (como yo), siempre te interesó oír sus historias, pero no reconstruirlas.
Fue tu pérdida quien me destrozó y me hizo sentir como el ser más endeble de la Tierra.
Y cuando destrozas algo que ya está roto, no esperes que sobreviva.
Pero aquí sigo, rota, sola y dolida. Y encima, sin ti.
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Cementerio de flores
PoetryCementerio de flores una puerta a lo más oculto de mi alma y una visita a lo más dolido de mis pensamientos. Incluye 60 poemas. Sesenta maneras de ser más libre, sesenta maneras de pronunciar un olvido y sesenta maneras de sentirse flor. Porque nad...