Raúl llega a casa después de una actuación. Enciende el portátil, se conecta a Skype y llama a Viana.
-Que, ¿Hubo suerte?- Preguntó Raúl a Viana.
-Sí.-Contestó ella de forma fría.
Se hizo un pequeño silencio.
-Tía, ¿cómo es?
-3 habitaciones, 1 baño, buena cocina y un salón espacioso. Tiene plaza de garaje y es muy céntrico.
-¿Algo malo?
-Sin trastero.
-¿Y el ascensor?
-Bueno... el ascensor solo llega al tercero.
-¿En qué planta está?
-Cuarta planta.
-¿¡CUÁNTO!?
-1000/mes
-¡PUES NOS LO QUEDAMOS!
Y así es como después de seis meses buscando un piso de alquiler, Viana y Raúl consiguen el suyo.
Estaban muy emocionados cuando recogían sus bártulos de sus respectivas casas. Tanto Viana como Raúl deseaban vivir el uno con el otro, ya que ellos se denominaban " hermanas gemelas" apesar de que Viana era mayor que Raúl. Se habían conocido hace tres años atrás y desde ese momento fueron inseparables.
Viana era pintora y Raúl era un actor, los dos eran artistas y querían transimitir con su arte, todos los sentimientos que había en sus corazones podridos, vamos, unos bohemios de la vida, sin embargo, los unía las ganas de vomitarle al mundo cruel en el que se encontraba.
Viana esperaba con todas sus maletas en la puerta de su casa, esperaba a Raúl que venia a recogerla con su coche 600. Tardó una hora más de lo acordado, pero finalmente llegó. Ayudó a Viana a poner las últimas maletas de su mudanza en los asientos traseros y ella ataba sus cuadros al techo del automóbil con una cuerda de lino, mientras escuchaba a Raúl quejarse del motivo por el que llegó tarde: " Chica, lo siento, es que mi madre no paraba de decirme que fuera al chino, para una mierda de conos de playa".
Emprendieron su viaje hacia su nueva vida. Cuando estaban a punto de abandonar Gancas, el lugar donde habían nacido, Raúl recibió una llamada, era de nuevo su madre, él cogió el móvil y se puso a gritar mientras trataba de seguir recto en la carretera. Viana se agarraba al asiento con las uñas mientras tenía los ojos como platos por la mala conducción que llevaba su amigo, hasta que gritó: "CUIDADO", mientras pisaba el freno invisible con la esperanza de que el coche se detuviera, ya que delente de ellos había una hielera de coche detenidos a causa de un semáforo que estaba en rojo. Raúl lo vió, soltó el móvil sin pensar y pisó el freno tan fuerte que chirriaron. En armonía con la situación gritaron, Viana se tapó los ojos y Raúl los tenía cerrados con la esperanza de que se detuviera a tiempo. El coche se detuvo bruscamente a unos centímetros del coche que tenían delante, pero en la fuerte frenada impulsó los cuadros que anteriormente había colocado Viana en el techo, en el cristal trasero del vehículo de enfrente.
Pasó una décima de segundo cuando Viana se sacó el cinturón y salió del coche preocupada por sus cuadros. La conductora del coche que había recibido el impacto de los cuadros, al igual que Viana, salió del coche y se dirigió a ella:
- Chicos, ¿ estáis bien? Lo siento, por mi culpa ha pasado esto.
- ¿Eh? - Se extrañó Viana
- Si, fui yo la culpable,¿cómo podré pagaros?
- ¿Esto es una broma, verdad?
- No, claro que no, dadme vuestro número y ya lo solucionaremos, pero ¿puedo hacer algo ahora? - dijo la desconocida totalmente convincente.
- Me podrías devolver mis cuadros, son un encargo para el lunes, como comprenderás no puedo hacerlo en dos días.
- Claro - dijo la mujer mientras sacaba los cuadros y se reía- ¿Eres pintora?
- ¿No se ve que si?- respondió Viana de una manera borde y seca.
- Me encanta tu sentido de humor - contestó mientras sacaba el móvil del bolsillo.
Viana le dio su número de contacto esperando no volver a ver a esa mujer, recogió los cuadros y los colocó lo más rápido posible para seguir el viaje hasta su nueva casa. Al entrar en el coche, Raúl no se había movido ni un milímetro, al fondo se escuchaba hablar a una mujer. Viana cogió el móvil y tranquilizó a su madre mientras Raúl lentamente aceleraba para no entorpecer el tráfico.Continuaron sin decir ni una sola palabra, hasta llegar a su nuevo hogar.
Al salir del coche sacaron todas las cosas de Viana y Ayudó a sacar las cosas de Raúl del maletero. En ese momento abrieron la puerta y subieron por las escaleras con las manos llenas. Al llegar al tercer piso, Raúl, le dijo a Viana que esperase arriba mientras el arreglaba unos papeles y para que le diera las llaves, a lo que ella asintió y subió.
Raúl dejó sus cosas en una esquina del rellano y llamó a la puerta. Abrió una mujer que a simple vista parecía muy promiscua que, según el típico cartelito que se cuelga en la puerta con el nombre de las personas que habitan la vivienda, se llamaba Anastasia.Raúl firmó todos los papeles que su nueva casera le había puesto y por último le dió las llaves del piso y lo acompaño a arriba.
Al llegar al piso superior, Viana miró con asombro a la casera y dijo: "Que pequeño es el mundo", ya que esta era la mujer del coche de delante.
Derrepente se escucha una voz con acento argentino saliendo de una puerta.
-Para pequeño, la pija del que me tiré el otro día.
Todos se giraron sus cabezas. Delante de sus ojos, contemplaron a una mujer con un vestido rojo putón, unos labios voluminosos y un pelo castaño oscuro con forma esférica.
-Esta es Bárbara...
-Anastasia, no hace falta que me presentes. Yo soy "conocida mundial".
-Ah, si, ¿Me puedes decir cual es tu curriculum?-Dijo Raúl.
-Verás, yo he zorreado por toda latinoamérica. Empecé en Rosario y luego me fuí a Buenos Aires, allí entendí el nombre de la ciudad. Las pitusas de mis compañeras me echaron por ser la mejor, a si que me fuí a Brasil, y bueno, la historia se repitió. Después de recorrer toda sudamérica me vine para acá, en busca de "inspiración".
-Vamos, a esta la conoce su madre de milagro.- Dijo Viana.
-Peba, deja de criticar, como si tu vida fuese más interesante que la mía.- dijo Bárbara enojada.
-Mira, ni cinco minutos llevais viviendo aquí y ya habeis entablado amistad con una persona.- dijo Anastasia con una cara sonriente que le hacía parecer más tonta de lo que era.
-Bueno,yo estoy muy ocupada, cualquier cosa que necesiten, sea un ligue o buena sustancia, acá me tienen. Bárbara entró a su casa.
-Bueno, acabais de conocer a vuestra veciana Bárbara, la mejor prostituta y camello de todo la ciudad o eso dicen sus tarjetas. En la vivienda del otro lado vive Ágata pero a estas horas estará de viaje astral. Vuestra casa es el 4ºB, o sea, la puerta de en medio. Aquí teneis las llaves.
Anastasia bajó las escaleras. Viana y Raúl penetraron la cerradura con la llave, la cual giraron tres veces. La puerta se abrió y entraron con todas sus cosas.
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Aquí, de artistas.
Teen FictionViana y Raúl son dos jóvenes que deciden vivir juntos. Los dos son artistas y muy "buenas amigas". Juntas se enfrentaran a una pintoresca comunidad de vecinos y a muchos acontecimientos inesperados.