Departamento (LevixOc) Shingeki no Kyojin

Piso Doce

Avisos: Shingeki no Kyojin no me pertenece, esta obra es de Hajime Isayama. Yo sólo tomo los personajes para crear esta historia sin fines de lucro.

Esta historia está siendo corregida, este capítulo ya fue modificado así que no recomendó seguir leyendo si el próximo capitulo no cuenta con este anuncio.

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–Bienvenido. –saludo Violet sin apartar la mirada de su teléfono. El cielo naranja se veía desaparecer por la ciudad. El otoño ya estaba presente por lo que el frio era más notable.

–Hola. –respondió con voz lejana Levi.

Violet suspiro, esperaba que el enfado de él no durara tanto.

–¿Qué tal el trabajo? –cuestiono mientras se levantaba del sofá. Llevaba puesta una camisa blanca de manga larga. Levi observo sus movimientos tan descuidados y al mismo tiempo tan perfectos.

–Bien. –fue todo lo que dijo. Violet no se desanimó y fue directo a la cocina para calentar la comida. Le había preparado un estofado.

Su madre le había enseñado que para contentar a un hombre bastaba con una buena comida, después de todo: "Barriga llena, corazón contento."

–Tenías razón –la suave voz de Levi le sorprendió, no se dio cuenta de cuando él ingreso a la cocina–. Hoy me sentí un poco mal.

–Bueno, eres un terco, pero me alegra que estés consciente de eso. Anda, ve a tu habitación. Te llevaré la comida. ¿Aun tienes fiebre? –cuestiono ella luego de tapar el estofado.

Violet se volvió hacia Levi y él sólo aparto la mirada, avergonzado. Al no tener respuesta la pelinegra toco la frente del hombre sólo para descubrir que la fiebre había regresado.

–Tendré que preparar más compresas frías –suspiro ella. Ante la falta de respuesta continuó hablando–. No te quedes ahí, tienes que descansar.

Él la observo de manera profunda y con una voz ronca murmuro.

–Lo siento, sé que soy un dolor el culo algunas veces. Pero gracias por preocuparte por mí. –ante sus palabras Violet sonrió.

–Diría que sólo eres un dolor en el culo cuando te enfermas. No te preocupes.

Violet regreso para servir la comida.

–Tsk. –Levi se fue directo a su habitación para esperarla.

Tan sólo entrar se cambió y se dejó caer en la cama. Realmente le dolía la cabeza.

Unos minutos después escucho la puerta abrirse. Violet entraba sosteniendo una charola con dos platos. Una vez que lo coloco sobre su escritorio le entregó su comida.

–¿Comerás aquí? –indago curioso al ver que ella se sentaba al lado de su cama.

–Claro, comer sola es aburrido. –respondió mientras tomaba su plato y comenzaba a comer. Se había recogido el cabello de una forma descuidada, pero se veía bien así.

–Te puedo contagiar.

–Correré el riesgo –respondió sin mostrarse afectada por la idea–. Mejor cuéntame cómo te fue en el trabajo.

Levi suspiro y asintió. Seguramente se reiría y le diría lo obvio, que ella tenía razón. Mientras comían siguieron conversando, Violet escuchaba atenta y más que burlona se veía preocupada. Una vez que terminaron de comer fue por los paños y unas pastillas.

Lo cuido hasta que se durmió. Esa noche Levi se sintió extraño ya que siempre había cuidado de los demás, pero ahora Violet lo había cuidado con mucho... cariño. Y eso era algo nuevo para él.

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A la mañana siguiente se despertó con una sensación de cansancio, pero mucho mejor que el día anterior. La fiebre había desaparecido y el dolor de cabeza ya casi no le molestaba.

–Iras al trabajo, ¿no es así? –cuestiono Violet desde la cocina. Por primera vez ella estaba despierta antes que él.

–Si. –respondió notando que su voz era la misma de siempre.

–Lo imagine, toma. Te preparare un jugo de naranja. Necesitas mucha vitamina C. –se notaba que la pelinegra había estado trabajando desde temprano ya que había preparado media jarra de jugo y estaba terminando el desayuno.

–Gracias. –murmuro para luego tomar del vaso que le había ofrecido.

Una vez que lo termino fue a colocarse su traje y al salir ya la comida estaba puesta en la mesa por lo que ambos desayunaron juntos. Violet había comprobado que la fiebre había disminuido así que no protesto mucho, aunque su descontento seguía presente en sus gestos.

–Me voy. –aviso Levi mientras tomaba su maletín.

–Toma, te prepare algo para la comida. También puse un par de pastillas por si te sientes mal. –explicó Violet mientras le extendía la comida.

–Gracias. –fue lo único que pudo murmurar para luego salir.

Una vez en el pasillo se detuvo un momento. Llevo una mano a su pecho y estrujo esa zona de su traje, su corazón latía con fuerza y sentía su cara arder. Luego de unos segundos sólo pudo suspirar profundamente, cuando logro tranquilizarse emprendió su camino hacia su trabajo. Una parte de él quería fingir que estaba mal sólo para seguir recibiendo esos cuidados. Pero la otra parte, la más racional, le decía que esa era idea absurda y que debía comportarse como un adulto.

Al llegar a su oficina recibió un mensaje.

–Saldré un rato. Me reuniré con unas amigas. –

Él solo le respondió con un simple:

–Abrígate bien. –

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Editado el 21/08/22