Es egoísta amarte (Jack Frost y tu)

1. El espíritu de la nostalgia

Nostalgia ese era el espíritu en el que ______ se había convertido al fallecer, aunque eso se resumiría en lo que era su centro. La luna tras su renacer como espíritu la renombró como ______Wish. Aunque esto sucedió antaño, no contemplaba con demasiado interés el paso del tiempo, pero tal vez, desde el punto en que vida humana quedó atrás ya había transcurrido algo próximo ha una década de vida en completa soledad.

Aunque esto no siempre fue así, no recordaba sus tiempos vividos con claridad, en su mente se formaban imágenes borrosas que no terminaban de encajar, piezas de un puzle incompleto que con el pasar de los años dejó de buscar respuesta.

Su familia, amistades ni una pizca de ello quedaba en su mente mas una figura de una chica no muy distinta a ella misma era lo único que con claridad veía. Poco más que su cabello ahora de un tono algo más claro y una de sus orbes se tornó grisácea mientras la otra permanecía apegada a la apariencia que mantenía en vida era lo que se diferenciaba de si misma y aquel único recuerdo lucido.

Andaba por la calle sin pensar, observando a los niños deambular, era invierno y sabía lo que eso significaba al igual que todos aquellos infantes. El nombre de Jack Frost se hacía presente entre los más pequeños con solo contemplar la nieve.
Siempre fue un espíritu solitario, no es como si disfrutara la soledad, pero era una compañera leal. Sabia de la existencia de los guardianes y desde lo lejos observaba lo que creaban en cada niño, a veces cuestionaba el porque ella no podía lograr ser vista por ellos, mas a comparación con la ilusión, la esperanza, la diversión... La nostalgia no sonaba demasiado interesante o cautivadora. Siempre se cuestionaba el porque aquel don le fue otorgado, pensaba en él como algo triste algo que no encajaba en lo que representaba que era su misión como espíritu.

No se dio cuenta pero sus pensamientos la habían mantenido ahí mismo, en la calle frente donde los niños jugaban con la nieve por más rato del que hubieses querido. Pronto el trance en que se encontraba desvaneció al sentir una fuerte brisa helada y la exclamación de los niños cayendo en cuenta de la presencia de un albino de ojos azules.

Por reflejo, de nuevo comenzó a andar alejando la vista de la diversión que rodeaba aquellos niños cuando se encontraban junto al espíritu del invierno, pero pronto en su nuca sintió el impacto de algo frio, una bola de nieve. - Vamos chicos, a por ella sin piedad, aquí hay diversión para todos. - Los chicos rieron mientras observaban al albino un tanto confusos. - Pero de que hablas Jack, ahí no hay nadie. - La joven que tras aquel inocente ataque quedó estática observando de donde vino, volvió a su andar tras aquellas palabras.

-No pueden verla...- El espíritu del invierno observó a los niños como si nada hubiese pasado aun jugando con aquello que él lograba crear cada año que el invierno daba comienzo. En el joven espíritu nació la curiosidad y alzó el vuelo guiado por el viento en busca de aquella chica. Norte solía mencionarles sobre los nuevos espíritus que renacían en el mundo, pero no sabía nada de ella y eso le creaba curiosidad y diversión por descubrir aquel misterio que recién descubrió en aquella chica de ojos bicolor.

Pronto aquellas orbes de azul cristalino vieron lo que buscaban mientras descendía hacia el suelo creando en este un camino de hielo que lo condujo hasta al frente de la joven que con sorpresa retrocedió un pasó tropezando y cayendo sentada sobre la nieve de la calle. - ¿Porque tan sola? - Pronto el muchacho se alzó sobre su cayado con aquella diversión que solía envolverle conseguido su propósito de encontrarla mientras esperaba una respuesta.

Por parte de la de ojos bicolor tras un leve quejido fue alzando la vista mientras alejaba mechones rebeldes que terminaron frente su rostro observando aquellos ojos azules que parecían atravesarla llenos de curiosidad. - Jack Frost.. - No fue emoción ni por el contrario decepción, solo palabras que salieron de sus labios al encontrarse enfrente del ya mencionado.

Oh, sabes de mi, eso es que hago bien mi trabajo, pero eso también es injusto, yo no sé el tuyo princesa, así que..¿cual es tu nombre?- El espíritu del invierno terminó por bajar de su cayado mientras esperaba un nombre expectante y extendía su mano en busca de la de ella.