Our Trip

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POV Zac

Quién diría que estaría aquí mirando como tonto el scooter negro de mi hermano mayor Alex preguntándome si me arrepentiría de hacer esto. Hanabira me va a volver loco si es que esto no funciona.

–¿Listo hermano?– dijo Alex palmeando mi hombro.

–Okay, no lo sé – dije nervioso.

Alex rodó los ojos y me tiró encima su chaqueta negra de cuero.

–Hora de lucirte, Zacharaiah McAdams– sonrió mi hermano pícaro.

Le lancé una mirada asesina.

–Será mejor que no digas ni una sola palabra a mamá sobre esto– dije levantando un dedo.

–Como digas tigre– rió– ¿Le avisaste a tu rapunzel que irás por ella a su castillo?

–Es un "secuestro" – destaqué haciendo comillas con los dedos, ya que no sería tanto un secuestro sino más bien un paseo por Washington D.C.– no tengo porqué avisar nada.

–Ok, suerte viejo– dijo mi hermano para hacer nuestro típico saludo, ponerme el casco, subir al scooter de Alex e irme al departamento de los Richardson donde se hospedaba Hana.

¡Maldita sea! A veces me pregunto ¿Por qué rayos hago todo esto por la coreana? Pero recuerdo que me gusta desde los seis y se me pasa.

Todo comenzó más o menos así...

Día normal, 1 de setiembre, primer día de clases en el kínder de la escuela primaria Ross Elementary School de la ciudad.

Entraba junto con Alex que ya iba a 2ndo grado y yo... Yo al kínder como ya mencioné.

Desde pequeño se me hizo fácil hacer amigos... Todo gracias a ese día.

Fue tan cliché sólo que con pintura y plastilina. Yo con plastilina en las manos cuando Alex me dejó en mi salón y ella con pintura de manos.

Yo distraído viendo lo decorado que estaba el salón y ella... Bueno, no lo sé.

Nos tropezamos y su pintura cayó sobre mi plastilina y nos dejó como si hubiéramos estado en un paintball pero con baldes de color rosa brillante con brillantina rosa más un toque de aroma a rosas. Estaba obsesionada con el rosa al parecer.

mian, neoleul mos bwass-eo, ¡mianhae!– dijo ella.

–¿Qué?– le dije sin entender un pepino.

–Lo lamento, no te vi– dijo retirando un mechón de su cara con un acento extraño.

–Oh, claro– dije para ver mi guardapolvo blanco, ahora rosa con brillantina rosa.

–Hanabira– dijo para levantar su vista con vergüenza. Unos ojos café rasgados con unos cachetes perfectos fue lo que me enamoró de ella desde ese día.

–Zac– dije pasándole la mano dándole confianza.

Ese día la maestra nos regañó a ambos por la pintura y demás, por lo cual reímos como niños traviesos. Porque lo éramos.

Básicamente ella y yo fuimos los más unidos del kínder según la maestra.

Con los días y primer año de amistad Hana y yo seguíamos hablando y creciendo cada vez más.

–¡Zac, llegó Hanabira a verte!– gritó mi mamá desde la cocina.

–¡Ya voy!– dije poniéndome a horcajadas mis botines Nike para ir a jugar fútbol. Era esa época de competencias deportivas de la primaria y yo iba con Hana a los juegos ya que Alex debía hacer otras cosas.

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⏰ Última actualización: Jul 02, 2018 ⏰

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