Love me or let me go (Aguslina) [HOT]

Diez.

El sol entra como todas las mañanas por mi ventana, me hace girar hasta que quedo al borde de la cama. Siempre es la misma aburrida y molesta rutina.

Hoy hay una excepción, el sol no es lo que me resulta lo más molesto de esta mañana, sino unas fuertes carcajadas que provienen del piso inferior. Me levanto de mala gana y camino descalza hasta la puerta de mi habitación, asomo la cabeza y compruebo el molesto sonido de unas risas masculinas que vienen de la sala.

Voy por mis pantuflas y una vez que he deslizado mis pies en ellas, salgo de mi alcoba y voy directo a las escaleras. Por cada paso que doy, siento como las risas martillean más tortuosamente mi cabeza. Bajo las escaleras y camino hacia la sala.

Rodó los ojos al ver a dos hombres hablando animadamente sobre negocios a las nueve de la mañana.

-Princesa- mi padre voltea a verme con una radiante sonrisa. Sonrío falsamente y me acerco hasta poder tomar la mano de mi padre y sentarme en el antebrazo del sillón en que está sentado- ¿qué haces despierta tan temprano?, es sábado.

-Sus risas me han despertado.- digo y miro de mala manera a mi padre y a su guapo trabajador que está sentado frente a nosotros.

-Oh, lo sentimos cariño, es que en unas horas Agustín será presentado delante de todo el despacho, así que estábamos hablando sobre lo que seguro sucederá- asiento sin interés- igual después de la junta vamos a celebrar que Agus haya aceptado mi oferta.

-¿Qué oferta?- pregunto fingiendo interés.

-La que le hice ayer por la tarde de mudarse con nosotros.

-¡¿Qué?!- digo alarmada y doy un brinco poniéndome de pie.

-Sí, ayer me ha dicho que pensaba vender su casa y con ese dinero comprarse una departamento, pero no ha encontrado ninguno que sea cerca de la oficina y tomando en cuenta que nuestra casa queda a veinte minutos del despacho y que es demasiado grande y hay dos cuartos de sobra, me ha parecido una muy buena idea invitarlo a vivir con nosotros, así será más fácil cuando trabajemos, habrá mucho mayor disponibilidad.

-Pero ni siquiera me has preguntado.- digo molesta mientras fulminó con la mirada a Agustín quien está más ocupado observando mis piernas desnudas con una sonrisa burlona. Por un momento siento un rubor en mis mejillas al ver cómo recorre el largo de mis piernas con su profunda mirada. Siento la necesidad de mágicamente aparecer un pants de pijama en vez de estos pequeños shorts para dormir

-No creí que te fuera a molestar- habla papá con el ceño fruncido- pensé que tú y él se llevaban muy bien, y me pareció ver que te alegró su regreso así que no le vi el problema.- volteo a verlo y relajo mis hombros al ver la confusión en el rostro de Leonardo. Tiene razón, él no sabe que ayer Agustín y yo nos besamos y que después él me rechazó, y por eso es que yo ahora no siento agrado con la idea de tenerlo viviendo bajo el mismo techo que yo.

-Te lo dije, Leo- giro mi vista una vez más al dueño de esa ronca voz- vivir aquí no es lo mejor, invadiré su espacio personal, no quiero ser un inoportuno, entiendo que Caro no me quiera cerca de ella, de niños nunca fui el mejor niñero.- por un momento creí que diría lo que ocurrió ayer, pero no, sigue siendo el mismo cobarde. El mismo idiota con falta de huevos que necesita su merecido, y yo con gusto se lo podré dar.

Nadie me rechaza, eso es algo que tendré que enseñarle al idiota de Agustín Bernasconi, y el que él vaya a vivir en esta casa al final puede salir como algo a mi favor. Sólo haré su estadía aquí lo peor que le pudo pasar y deseará no haberme rechazado, me rogará porque esta vez sea yo quien le dé una oportunidad.

-No, está bien, no tengo problema con que Agus viva aquí, con nosotros- le sonrío "inocentemente" a mi padre por lo que este me contesta el gesto con sinceridad mientras da un pequeño beso en mi mano- sólo que me sorprendió la noticia, pero no hay problema, me parece una idea genial.- esta vez miro a Agustín con una sonrisa maliciosa que provoca que él empiece a temblar en su lugar.