Gay Panic [Taekook]

1

—Me gustas —confesó Taehyung.

No supe que decir, mi boca se secó y lo único que hice fue tomar mis cosas y salir corriendo, dejándolo sentado debajo de ese árbol.

Pero empecemos por el principio (Duh) por dónde ésta avalancha de sentimientos que atrofiaron mi cabeza del peor modo inició. 

Sucede que yo conozco a un chico, que conoce a un chico de mi universidad que conoce al primo de mi mejor amigo, quien quería hacer una fiesta tipo proyecto x, esa típica fiesta llena de desastre y alcohol.
¿Por qué? Mira no lo sé, así somos los adolescentes; estúpidos y con ganas de destruir lo que sea.
Por lo cual, Hoseok, como todo imperativo y buen primo que es, quiso ayudar a su primo... arrastrándome a mí de paso. 
Yo acepté ayudar porque ¡Vamos! ¿Quién se reciste al Aegyo de Jung Hoseok?

—Jimin está pensando en rentar a damas de compañía y bueno... supongo que yo seré quién lo haga.

—¿En serio contratarán strippers, Hoseok? —reí dándole un trago a mi café.

—Ellos quieren disfrutarlo al máximo ¿Y quién soy yo para negarles esa experiencia? Somos jóvenes, tenemos el derecho de experimentar con las tentaciones, con lo nuevo. Y si ellos quieren una fiesta con strippers y alcohol de cualquier tipo, no me opongo, además... Será gratis.

—¿En serio tú no pondrás ningún centavo? —pagué los cafés y salimos del lugar.

—Lo bueno de tener un primo forrado en dinero —se encogió de hombros y miró hacia la nada— ¿Debería conseguir un botiquín de primeros auxilios?

Rodé los ojos y negué con la cabeza ¿Tan fuerte iba a estar la fiesta?

—¿Y dónde entro yo en esta ecuación?

—Oh, tú harás lo que mejor sabes hacer —sonrió con malicia.

Voltee a verlo y fruncí el ceño.

—No conseguiré la droga.

—¡Oh, por favor! ¿Qué te cuesta? Sabes que acá tan siquiera hablar de eso es malo, no podemos conseguirla fácilmente. Sólo será para nosotros y unos cuantos amigos de Jimin. Por lógica los demás invitados llevarán la suya. 

—Si, pero creí que haría algo como limpiar el lugar antes de la fiesta o ser cadenero, no drug dealer de niños de secundaria.

—Anda, hazlo por mí, Kookie y bueno, si quieres también puedes hacer lo que dijiste, por mí no hay problema —rió.

—¿Y qué gano yo? —pregunté

—¿Conseguirte una buena noche?