Kuroko se levantó dispuesto a salir de la camilla en la que estaba recostado, sintiendo un peso en su pecho. Una maraña de pelos rojos se incorporó observándole con una mirada cargada de tristeza.
- Kuroko..tu, tu te cortas..- La pregunta fluyó de sus labios sin la mínima intención de herir al pequeño
- A ti eso no te debe importar, ahora si me disculpas debo ir a buscar a la entrenadora Riko - Escupió mirando al pelirrojo con odio.
Su mirada pasiva de siempre, ya no era la misma. Ahora solo podía ver enojo y resentimiento.
- K-Ku...- Pero el mayor no alcanzó a formular palabra alguna cuando la puerta de la enfermería fue azotada fuertemente.
El pequeño peliceleste caminaba a paso apresurado por los pasillos, no fijándose en que una persona iba por el pasillo.
- Uh.. Disculpa pequeño no me fijé por donde iba.- Un chico alto, de cabello negro y mechones azulados lo miró con una gran sonrisa.
Kuroko no pudo evitar sonreír de vuelta. Su alegría era contagiosa.
Pero su sonrisa se desvaneció al recordar a Kagami. Ese chico le había dañado el corazón, ver como tomaba a esa chica en los camerinos del equipo le asqueó y dolió en lo más profundo.
El chico lo notó por lo que se agachó a su altura y acariciando su cabeza preguntó.
- Qué sucede? Alguien te hizo daño, pequeño? - Kuroko no pudo evitar de que de su ojo escapase una lágrima traviesa, y se lanzó contra el extraño abrazándolo fuertemente mientras escondía su cabeza en el pecho del pelinegro.
Sabía que no lo conocía y estaba mal hacer esto, pero solo necesitaba algo de consuelo.
- Yo..- No podía hablar, las lágrimas salían sin control alguno. Realmente odiaba mostrarse débil ante alguien, este chico sería el único que vería al débil Kuroko.
- Tranquilo, desahogate pequeño. Yo estoy aquí..Por cierto yo me llamo Seira Yuta, pero puedes decirme Yuta.- Acariciando la cabeza de Kuroko, Yuta sonrió al ver una pequeño atisbo de sonrisa en el pequeño peliceleste.
- Buena forma de empezar una conversación Yuta -kun..- El chico le sonrió y ambos se miraron como si nadie más existiese.- Me llamo Kuroko Tetsuya.
Yuta sonrió y apretó el pequeño cuerpo contra el suyo.
Desde una esquina, Kagami observaba todo desde lejos, y no pudo evitar golpear la pared con frustración al ver como Yuta lo alejaba lentamente de su pequeño.
Las semanas pasaron, y con esto llegó la primavera. Hermosa época del año para recolectar flores y pasear junto a la persona que amas. Para Kagami, de hermoso esto no tenía nada.
Cada vez que giraba una esquina, podía ver a las parejas melosas reír enamoradas. Como daría lo que tuviera por estar así con el lindo peliceleste, pero todo este tiempo el chico se había refugiado en Yuta.
Siempre estaban juntos, el chico lo venía a buscar a las prácticas, luego le compraba peluches y se los obsequiaba. Se había cambiado de instituto para estar siempre con el peliceleste, y los miembros de su equipo y la entrenadora habían notado esto.
Riko un día se le había acercado y preguntado.
- Kagami, noté que tu y Kuroko SE están distanciando..Es por ese chico? - La castaña notó como el semblante del pelirrojo se endureció al ser nombrado Yuta.
- Es por..Por otra razón entrenadora, no se lo puedo decir porque es muy privado. Pero hoy intentaré hablar con Kuroko.
Sin decir más se fue rápidamente, para alcanzar al duo. Los vió hablar melosamente entre risas y sonrojos del peliceleste.
Kagami no pudo evitar recordar ese día en que, este idiota se le había acercado a hablarle.
- Tu eres Kagami, no?
- Mm..Si soy yo, porqué? - Luego de recibir un fuerte puñetazo, y ser mirado con odio el pelinegro habló.- Mejor te vas alejando de Kuroko imbécil, el será mío. Perdiste tu oportunidad el día que rompiste su corazón.
Luego de eso desapareció dejándolo pensando en como iba a recuperar a Kuroko, antes de que este chico se lo quitara.
Kagami agitó la cabeza para intentar olvidar todo, realmente le dolía que este chico estuviera con. Kuroko y tuviera toda su atención, decidió caminar más rápido para alcanzar a la pareja.
- Kuroko..- Solo dijo esa simple palabra y la sonrisa del chico se desvaneció por completo.
- Lo siento.. Y-yo..debo hablar contigo..- Yuta se acercó a Kagami con la intención de alejarlo a golpes, pero quedó igual de sorprendido que Kagami al ver a Kuroko asentir.
El pelirrojo sintió por primera vez emoción, luego de estos días y miró a Yuta con superioridad, mientras esté lo miraba mal.
- Pudrete, imbécil..- El pelinegro lo miró con odio y se acercó a Kuroko pasando su brazo, por los hombros del de menor estatura.
El camino a casa de Kuroko fue silencioso. Incómodo para Kagami al ver las muestras de afecto del alto a Kuroko, su chico no hacía nada y era entendible.
Aunque por fuera no lo demostrara por dentro estaba ardiendo en celos al ver como el otro chico, tocaba con mucha confianza al menor.
Al entrar a la casa solo había silencio. Kuroko se sintió algo incómodo, pero todo cambió cuando una mata de pelos violeta se tiró encima del pelirrojo dándole un fuerte puñetazo.
- Hijo de puta! Tu dañaste a mi Tetsuya!! Con mi hermanito no se juega..- Kagami no comprendía nada, él solo había llegado para disculparse. Cuando está loca se le había tirado encima y ahora lo intentaba matar.
- Mei, déjalo. Kagami viene a disculparse, no vale la pena que hagas eso.
Una vez más Kuroko había actuado diferente, su rostro se mostraba impacible. Y no lo había defendido como siempre hacía, incluso ni importancia le había dado al pelirrojo.
- Está bien, pero a mi hermano no le vuelves a hacer algo así. Puto..- La chica lo apuntó y luego sonrió.
Vaya que bipolar.. Pensó Kagami mirando a la chica, como si fuese una loca.
- Yo debo hablar con Kuroko..A solas...
Los otros dos lo miraron mal, pero aún así Mei se llevó a Yuta arrastrándolo.
Ya que el no aceptaría dejar a Kuroko con este idiota. Entre gruñidos y empujones, la chica pudo sacar al pelinegro de ahí y dejar a ambos a solas.
El silencio en la sala se hizo presente, y el primero en hablar fue Kagami.
- Kuroko..
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Little Things || KagaKuro ✒ [Editando]
FanfictionEl chico pelirrojo recorría las calles desolado, y una con confusión de sentimientos por dentro, acababa de tener sexo con Meiko una chica castaña. La más hermosa de todas las chicas en su instituto, de por si una perra, pero no había sentido nada...