Cap.5

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Nuevo día frío en Manchester, Ed se encontraba en pleno examen, golpeaba de a ratos el lápiz sobre el pupitre, el silencio era absoluto, en 20 minutos ya había finalizado el examen, ahora solo miraba un tanto nervioso la dirección que el día anterior, había anotado tan rápidamente:

"Río Irwell- River street- esquina 5PM"

Empezaba a preguntarse si era real esa dirección, aún así ya había planeado una mentira para decirle a su padre; le pediría prestado el auto y le diría que ya había hecho un supuesto mejor amigo en la universidad; claro que tenía amigos allí, pero con ninguno hubo tanta conexión  como la que tuvo con Mick.

Entonces sería la mentira perfecta, decir que iría a "estudiar" con su mejor amigo, y así lo hizo.

El día para Ed había sido eterno, cuando llegó el horario, buscó la dirección y desde luego existía, solo que el chico de rizos rojos no llegaba aún. Salió del vehículo y se apoyó en el capó de este; esperó mirando su Rolex de a ratos.

—¡Hola! —le dijo una suave voz, era Mick sonriendo levemente, portaba un saco largo, su guitarra en la espalda, y un cigarrillo en una de sus manos.

—¡Hola Mick! ¿Cómo estás? —le dijo Ed devolviéndole otra sonrisa; el sol del atardecer hizo que los ojos azules, su cabello, sus pecas... Todo le resaltara aún más en Mick.

—¡Bien! luchando como todos mis días, así es la vida ¿y tú?

—Hoy tuve examen, luego de eso nada importante —dijo observándolo dulcemente, hubo una pausa, pero Ed no pudo evitar decir—. Mick eres herm... quiero decir... Tu cabello es hermoso, ¿De qué color es? por momentos se nota rubio y por otros rojizo...

El chico rizado rio con cierta vergüenza.

—Gracias Ed, bien digamos que mi cabello es... No lo sé... Simplemente rojo, pero aquí el hermoso eres tú, solo mírate... —dudó si decir algo, no quería parecer tan evidente—. Eres apuesto, seguro tienes muchas chicas alrededor.

—¡Oh no! —dijo riendo—. No es así, de hecho ninguna voltea a verme.

Ambos rieron relajados, caminaron unos pasos acercándose al río.

—¿Asique este es el río Irwell? —preguntó Ed. 

—Así es, ¿te gusta? a veces vengo a relajarme.

—Si, me encanta, es hermoso —dijo fijando su mirada en Mick, este rio fumando de nuevo,  mirando al suelo.

—¿Quieres beber algo? yo invito ¿Cúal es tu bebida favorita? —preguntó Ed.

—No lo sé —fumó y siguió—. Nunca he tomado tantas bebidas como para poder elegir cual es mi favorita —dijo Mick.

—¡Hey, vamos, alguna bebida tiene que gustarte!

Ambos rieron.

—ok! me gusta el café, luego bebo agua y... Solo agua.

—¡Vamos Mick! ¿no has bebido cerveza alguna vez? —preguntó curioso Ed.

—No, siempre trato de evitar las bebidas alcohólicas, no quiero terminar como mi padre.

Ed arrugó su entrecejo.

—¿Tu padre?

—Si él... es alcohólico, vivíamos juntos pero un día el desapareció y ya no volvió, no lamenté tanto su partida, siempre recibí malos tratos de su parte.

—¿En serio? es decir, lo siento Mick.

—¡Todo está bien Ed, no te preocupes! —dijo mirándolo con una leve sonrisa.

—¿Y tu madre, ella vive contigo?

Mick miró hacia el sol que se iba, suspiró, fumó y dijo:

—Ella nos abandonó cuando yo tenía 3 años, no tengo recuerdos de ella, mi padre siempre me recriminó que ella se fue por culpa mía, él no pudo superarlo y entró en el alcohol, comenzó a maltratarme siempre que pudo, ahora hace un año que no se nada de él.

—¡Demonios! perdón por preguntar, realmente lo siento —se lamentó Ed.

—Está bien Ed ¿y tú? ¿Cómo es la relación con tus padres?

—No lo sé, es horrible —se frustró—. Mi madre está pero no está, es decir a ella solo le importa vestirse bien, maquillarse, gastar fortunas en vestidos, zapatos, cirugías estéticas... Y yo solo estoy ahí tratando de comunicarme con ella y me ignora... Bueno y mi padre... Creo que ya has notado lo que es.

—Si ya lo veo, parece que tenemos cosas en común... —sonrió Mick.

—Bueno entonces... ¿un café? ¡por favor di que si!

—ok! —rio Mick.

Cruzaron la calle, un bar se encontraba frente de allí.

Se sentaron relajados contándose anécdotas y conociéndose aún más.

Ed no quería parecer tan evidente, al observar a aquél chico no tuvo dudas, LE GUSTABA, era simpático a pesar de todo lo malo que le tocaba vivir, amaba ese ángel que tenía, ese optimismo de saber que cada día era una oportunidad para crecer y estar mejor.

Mick por su parte no podía evitar sentirse atraído por Ed, no era el típico niño rico que presumía todo lo que tenía y eso le fascinó, además de que casi tenían mucho en común, menos lo del dinero.

Simply Love  (S.R)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora