El olor a café llenaba mis fosas nasales, el ruido de cubiertos chocar y el murmullo constante de la gente hablando inundaba mis oídos y mis ojos se encontraban saturados de ver tanta comida: pasteles de varios tamaños y colores, bizcochos, galletas, incluso croissants. No había nada que esa cafetería no tuviera, era fascinante.
Las paredes color crema le daban un aire tranquilo al lugar, los muebles eran negros y estaban perfectamente acomodados para combinar con todo, y el edificio era bastante espacioso. Apenas entrabas sonaba una pequeña campanilla que estaba sobre la puerta y a pesar de que la podías oír desde cualquier lugar del café, no era lo suficientemente ruidosa como para interrumpirte al hablar.
Había una cantidad considerable de personas desayunando a esa hora, y aunque tal vez era algo tarde para esa comida, el tiempo no importaba cuando estabas en "Cream". Desde las 6:30 am hasta las 18:30 pm, hordas de gente entraba y salía para deleitar sus paladares con los deliciosos (y baratos) platillos que allí se vendían. Y yo estaba dispuesto a comprobar eso, no por nada estaba estudiando para ser crítico gastronómico.
Bueno, tal vez era una excusa y simplemente estaba antojado de té verde con cheesecake.
Me senté en una barra que daba hacia la puerta, de esta manera podría ver a cualquiera que entrara y así entretenerme un poco. Era divertido observar a la gente y analizarla, ponerse a pensar cuál sería su nombre, a qué se dedicaría, si tendría familia o no, su orientación sexual...
—Buenos días, aquí tiene —una chica rubia me extendió el menú del lugar con una sonrisa, que yo le devolví antes de que se fuera. Comencé a leer, aunque ya sabía lo que iba a pedir, así que pocos minutos después ubiqué a la misma joven a la distancia y la llamé con un gesto de mi mano. Ella acudió a donde estaba sorprendentemente rápido, y cuando estuvo frente a mí le regresé el menú—Quiero un té verde y una porción de cheesecake, por favor.
—Enseguida—dijo antes de retirarse.
Observé la puerta justo cuando un chico estaba entrando. Era bajo, tenía cabello rubio y ojos marrón claro, su tez era bastante clara. Vestía un suéter verde oscuro, jeans azules y zapatillas negras, nada formal. En mi mente asumí que se llamaba James, calculé aproximadamente su edad (20 años) y que estudiaba cine. Claro que de eso último no tenía evidencia, así como del nombre, pero era bueno dejar flotar la imaginación. ¿Ya mencioné que escribir es mi hobby?
Salir me inspiraba bastante, incluso un lugar tan simple como un café era escenario para una linda historia de amor como la que se me acababa de ocurrir. Sí, dos chicos que se encontraban en un café, y uno derramaba su té sobre el otro por accidente y...
—Aquí tiene —la chica rubia apareció de nuevo, trayendo consigo una bandeja donde reposaba una taza blanca vacía, una pequeña tetera humeante y un plato mediano con la porción de pastel de varios centímetros de alto, aparente perfecta consistencia y frutos rojos adornando la superficie, rodeada de una salsa roja. Se me hizo agua la boca.
—Gracias—ella sonrió una última vez y se retiró después de dejar la taza, la tetera, el plato, un tenedor de postre y una cuchara para té en la mesa. Tomé la tetera con cuidado y comencé a servirme el té, pero al instante noté que algo andaba mal: No era té verde, sino negro. ¡Qué desgracia!
Para cuando hube notado esto, ya iba por la mitad de la taza y tuve que levantarme a cambiar tanto ésta como la tetera. Me molestaba demasiado que se equivocaran con mis órdenes, eso hacía que por lo general dejara de lado la idea de que un lugar era bueno; pero me habían insistido tanto en que probara la comida de "Cream" que decidí darle otra oportunidad.
Creo que iba demasiado concentrado en lo que diría a la mesera que me había atendido, porque lo siguiente que sentí fue que chocaba con algo y luego un alarido de dolor. Cuando pude reaccionar, noté que me había llevado puesto a un chico y el contenido de la taza le había caído encima del brazo.
ESTÁS LEYENDO
A cup of tea [Zarry One-shot]
HorrorHarry nunca imaginó que por una simple taza de té equivocada terminaría en tal embrollo.