Espera

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Miro a través de la ventana con un gesto de molestia en su rostro, ahí estaba el causante de sus males durante los últimos cinco años, hablando nuevamente con aquel antisocial, no necesitaba ver el rostro de Eduardo para saber que tendría una sonrisa estúpida en su rostro, la misma sonrisa que ponía cada vez que se encontraba con su vecino en el patio trasero donde ambos pensaban que no eran vistos o al menos donde no eran molestados, tamborileo sus dedos sobre el marco de la ventana en un gesto exasperado viendo como ambos chicos a los que espiaba reían discretamente, odiaba ser solo un observador incapaz de interrumpir y separar a aquellos dos.

-Creo que se ven bien juntos.

Las palabras de Mark tras él le hicieron dar un salto en su asiento y que su estómago se retorciera, le dio una mirada desagradable al rubio que no había despegado su vista de la pantalla de la computadora enfocando toda su atención en el juego de turno.

-Solo espero que Eduardo no quiera que convivíamos con sus estúpidos amigos –Mark gruño mientras apretaba las teclas del teclado con rapidez intentando mantener con vida a su personaje –, si ese idiota vuelve a romper mis lentes voy a... –su monologo se vio interrumpido cuando miro a su personaje morir en pantalla y golpeo el teclado con frustración comenzando a maldecir.

Jon rodó los ojos con un gesto de fastidio, los vecinos tampoco eran de su agrado pero a diferencia de Mark y su larga historia de peleas con el pelirrojo de al lado él tenía motivos mucho más personales.

-¿Y qué hacen? –el castaño intento contener su irritación, usualmente Mark no solía hablar cuando tenía algún juego en el que enfocarse.

-Hablan.

El rubio bufo al tiempo que se disponía a iniciar una nueva partida restándole importancia al asunto.

-Con todo el tiempo que tienen viéndose al menos podrían hacer algo más interesante.

Jon miro al rubio por unos instantes con una sensación enfermiza recorriendo su cuerpo, trago saliva e hizo un esfuerzo para que sonar normal o al menos que su tono sonara tranquilo.

-¿Desde cuándo se ven?

Mark chasqueo la lengua e hizo un pequeño sonido intentando recordar cuando se había percatado de las reuniones entre Edd y Eduardo.

-Un año o algo así.

¿Un año? Él apenas se había dado cuenta de aquellas reuniones hace solo unos meses atrás y solo fue por accidente.

-¿Cómo te diste cuenta?

Espero con paciencia una respuesta o al menos con tanta paciencia como podía pero no hubo respuesta a su pregunta por lo que se decidió girarse a ver al otro que se encontraba enfrascado jugando nuevamente, se cruzó de brazos sabiendo que era una causa perdida intentar hablar con el rubio. Decidió que lo mejor que podría hacer era irse de aquel lugar antes de que Eduardo entrara en la casa e hiciera preguntas de lo que hacía en la habitación de Mark y sospechara algo, después de todo no era común que él se encontrara en aquel lugar.

Camino a su habitación y cerró la puerta de un portazo desquitando un poco su frustración en el acto, seguramente Eduardo debió haber escuchado aquello por lo que espero, usualmente el moreno iría a su habitación para asegurarse que todo estuviera bien pero en esta ocasión por más que espero fue incapaz de escuchar al otro ir a su encuentro aumentando su ira y su malestar.

Eduardo lo había arruinado todo, lo había arruinado en grande y lo había arruinado a él, enterró su rostro en su almohada ahogando un sollozo, odiaba aquella situación y se odiaba más por ser incapaz de hacer algo al respecto y todo por un estúpida confesión de un borracho español que ni siquiera recordaba aquel incidente y si lo hacía, fingía muy bien no recordarlo.

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