◤DIECISÉIS◢

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Jin regañó a Jimin cuando se reunieron, porque aparentemente lo conocía lo suficiente como para darse cuenta con tan sólo verlo de que el pelinaranja no estaba con los cinco sentidos puestos a pesar de que tanto él como Jungkook se esforzaron por disimular su estado. (En realidad, si bien ya no estaba tan idiota como unas horas atrás, Jimin seguía coloradísimo y no insultó a Jin cuando este le pellizcó una mejilla, por lo que fue bastante evidente que tenía alcohol en el sistema todavía). En silencio todos subieron al auto, Jimin y Jungkook atrás, Jaebum adelante junto a Jin nuevamente, y se pusieron en camino a la casa del mayor de todos. Jungkook ya tenía sueño y los ojos estaban pesándole demasiado pero en el auto Jimin comenzó a sentirse mal y no dejaba de soltar quejidos, de modo que no se permitió dormir y se dedicó a mantener a Jimin distraído en el trayecto de regreso a casa. El mayor se recostó sobre su regazo con el ceño fruncido y los ojos cerrados y murmuraba que se sentía mareado, mientras tanto Jungkook le quitaba el cabello de la frente y le hacía viento con las manos, también soplaba suavemente sobre el rostro ajeno, dejándole caricias por toda la cara. Era gracioso, Jimin parecía un niño pequeño haciendo un berrinche entre los quejidos, resoplidos y demás ruidos extraños que hacía, y cada vez que Jungkook dejaba de atenderlo por un segundo volvía a la carga, ordenándole que no se detuviera y hasta llegó a golpearlo y jalarle del cabello para llamar su atención, sacándole más de una sonrisa al menor con ese comportamiento.

—Eres un tonto, Jimin —resopló Jin luego de dejar a Jaebum en su casa—. Si sabes que te hace mal, ¿por qué bebiste tanto?

—Cállate —farfulló el aludido, dando un manotazo al aire—. ¿Falta mucho para llegar? Me estoy muriendo.

—Estaremos en menos de cinco minutos —lo tranquilizó el mayor, mirando a Jungkook por el retrovisor durante unos segundos—. ¿Tú te quedas con él? Te pediría que sí porque alguien tiene que cuidarlo...

—Por supuesto que se queda conmigo —respondió Jimin con tono molesto antes de que el menor pudiera hablar—. Apresúrate o vomitaré en tu estúpido auto.

—Ya es el Jimin de siempre —comentó Jin negando con la cabeza—. Si no estuvieras a punto de morir te golpearía por maleducado, mocoso idiota, te lo juro. Agradece que está Jungkook aquí, sino te dejaría tirado en un basurero por torpe y que te arregles solo.

Jungkook simplemente se rió por la discusión absurda que nuevamente estaban teniendo los dos chicos, sin detener las caricias en el rostro de Jimin porque si lo hacía el mayor reclamaba con quejidos y manotazos. Y tal como había dicho Jin, en menos de cinco minutos ya estaban en la entrada de la casa del pelinaranja. Entre los dos bajaron a Jimin del auto y lo llevaron hasta la puerta, donde Jungkook tomó la llave del bolsillo de la camisa a cuadros del chico para poder abrirla y entrar. Luego de dejar a Jimin sentado en el sillón Jin se despidió y se fue no sin antes hacerle prometer a Jungkook que cuidaría muy bien del imbécil pelinaranja. Lo primero que haría sería ayudar a Jimin a sentirse más cómodo, por lo que desabrochó el cierre del pantalón ajustado y desabotonó la camisa, y se veía que el mayor sí sentía realmente mal porque no insinuó nada ni trató de tocarle el trasero o el miembro a Jungkook en ningún momento, simplemente dejó que el pelinegro le quitara la camisa, tan sumiso como nunca hubiera imaginado ver al mayor. Cuando terminó y Jimin quedó con el torso desnudo, Jungkook entonces se preguntó cómo demonios haría para subir al pelinaranja hasta la habitación por aquellas escaleras pequeñas que llevaban al desván, porque bastante le había costado entrar al chico a la casa y eso que lo había hecho con ayuda, ni hablar de lo que sería subirlo hasta la cama. Sin embargo, antes de que pudiera plantearle sus dudas a Jimin, este se levantó del sillón sin decir nada, y se encaminó al baño a toda prisa. Jungkook lo siguió intuyendo lo que estaba por suceder, y en efecto ni bien estuvieron dentro Jimin se apresuró a hincarse sobre el inodoro mientras maldecía en voz baja.

Don't tell noona [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora