Los misterios del Detective Stone 'dama en la oscuridad' (Temporada3)(terminada)

capítulo 1

Stone acababa de despedirse de su mujer y Daniela en el puerto. Decidió ir a dar un paseo por el parque REGENT'S PARK. El parque más conocido y querido por los londinenses. Al llegar, se encontró con varios coches de Policía en una zona en concreto del parque. Visualizó al inspector Rogers entre todos...

Oh no..._ pensó. Intentó dar un rodeo, tenía el presentimiento de que le llamarían tarde o temprano, pero si podía escabullirse ahora, lo haría.
Por desgracia para él, el inspector ya lo había visto desde la distancia y proclamó su presencia._ porqué a mi? Porqué? _ pensaba con pesadez. Empezó a andar en dirección a los agentes, vió a mucha gente que se paraba a mirar lo sucedido, llegó al encuentro de Rogers.

- hola Stone. Cuanto tiempo...

- sí, qué pasa?

Rogers le hizo una seña con la cabeza para que lo siguiera, así lo hizo, llegaron en el lugar. Allí estaba el forense Ferguson. - buenos días Marcus - saludó mientras seguía inspeccionado el cadáver

- buenos días Adolf - se acuclilló a su lado y contempló el cadáver de la chica - qué tenemos?

- mujer blanca de unos 20 años aproximadamente, rusa por como puedo observar por éste tatuaje. - señaló

- es una de las cortesanas de Misha Nòvikov - añadía Stone mientras observaba el tatuaje. - suele hacérselos a todas sus chicas para marcarlas como suyas. - hizo pausa para luego dirigir su mirada al inspector - lo habéis arrestado?

- esa es la cuestión. Fue el mismo con uno de sus hombres los que nos llamaron. Por lo visto al salir del club, cogió un cochero de noche como siempre para volver a su casa. Sus compañeras al ver que no llegaba, llamaron a Nòvikov. Se ve qué él encontró extraño eso y la fue a buscar

- porqué cogía cochero de noche ? No tienen ellos?

-sí. Pero ya sabes que éstas chicas prefieren volver solas a veces.

- si...- contestó con pesadez mientras hacía una mueca - cómo a muerto? - preguntó ahora a Ferguson

- veinte apuñaladas. Por lo menos las que son visibles, tendré más detalles en mi mesa

Stone asintió y se levantó lentamente - vas a pedirme ayuda, no? - le decía a Rogers en forma de pregunta que ya sabía respuesta

- tú lo has dicho. Además, has vuelto a estar mucho tiempo fuera, necesitas acción Stone

Más? _ se preguntó a sí mismo. Le sonrió y dio una palmada en la espalda del forense que aún estaba agachado observando el cuerpo - Llámame cuando tengas más detalles Adolf - añadió para el forense

- por supuesto

Stone miró al inspector y se fue para otra dirección_ quién me manda a mi pasar por aquí... Porqué? Porqué siempre estoy en las situaciones menos oportunas? Es qué no podré tener ni aunque sean un par de días de descanso? _ maldecía interiormente. Se fue a su casa y nada más llegar, se sentó en su sillón con un café en mano que posteriormente le había preparado ya Alfred. Quedó pensativo por todo lo que le había pasado desde que había vuelto de Japón. _ porqué volví? Tenía qué haberme quedado allí y haberle echo caso a Angeliqué. Ahora estaríamos en paz... _ no podía dejar de repetirse eso una y otra vez mentalmente. Se arrepentía de haber vuelto a Londres. En menos de 6 meses había tenido que resolver dos casos, uno aquí en su ciudad natal y la otra recién en Venecia. Sentía como si el mundo estuviese en su contra. Aún así, no podía dejar pasar esos casos, se le metían en la cabeza cuando algo no le cuadraba. Cómo ahora éste, el de la chica de Nòvikov..._ esa forma en la que la habían apuñalado, no era de un cliente obsesionado ni de un ladrón, esas apuñaladas eran de odio y rabia, pero... también con pasión. Eso lo tenía totalmente descolocado... también se fijó en las ropas que llevaba, las tenía desgarradas. Un pecho le era visible, la falda estaba partida por la mitad... seguramente hubo una violación de por medio. Pero era obvio que no era de un cliente. Los clientes obsesivos hacían las cosas diferentes, sí que habría abuso sexual, pero no las apuñalaban de esa forma, y mucho menos dejarlas así en mitad de la calle... son hombres que se creen enamorados, no las matarían de esa forma, avergonzandolas, no, ellos las hubieran seguido hasta sus casas, lo hubiesen echo en sus camas, no en mitad del parque... _ pensaba mientras le daba sorbos a su preciado café...