La Sirenita || Taegi.

Ariel.

'' Ariel, escúchame. Ese mundo está muy mal.

La vida bajo el mar es mucho mejor que el mundo allá arriba.

Tú crees que en otros lagos las algas más verdes son
Y sueñas con ir arriba, ¡que gran equivocación!
¿No ves que tu propio mundo no tiene comparación?
¿Qué puede haber allá fuera que causa tal emoción?''

El sonido de la televisión era lo único que podía escucharse en la habitación del pequeño Tae, cuyos ojos brillaban, reflejando las imágenes que con tanta atención observaba, sin percatarse de que su madre se encontraba parada en el marco de la puerta con una sonrisa adornando su rostro.

-Tae -habló la mujer dulcemente- Yoongi ha venido a verte. ¿Quieres que pase?

El niño asintió con su cabeza sin emitir sonido alguno y sin despegar, por al menos un segundo, su mirada del televisor. ¿Siquiera había escuchado bien lo que su madre había dicho?

Fuera de la habitación, en el primer piso de la gigantesca casa, se encontraba el mayor entre ambos niños, quien con sus manos intentaba darle una forma decente a su cabello, aplastándolo con las mismas; luego de unos minutos, observó el atuendo que llevaba puesto y por inercia se alisó la camisa con sus regordetas manos, tomó una respiración profunda y observó como la madre de su mejor amigo le hacía señas para que pasara a la habitación del menor.

Yoongi subió las escaleras con rapidez y tomó la cerradura de la puerta decorada con dibujos de princesas para luego girarla entre su mano con sumo cuidado, abriéndose así paso en la habitación.

''-Es que yo lo amo

-Has perdido la cordura, él es humano, tu una sirena''

Yoongi había escuchado esos diálogos un sinfín de veces, justo en esa misma habitación, pues su amigo tenía una especie de adicción con esa película, o al menos así era como él lo veía.

-TaeHyung-dijo el pálido niño demostrando apatía en su tono de voz-¿Otra vez esa película?

Tae permaneció unos segundos sin mirarlo y justo cuando el mayor creía que no iba a hacerlo, el niño giró su rostro hacia él,  brindándole una de sus peculiares  sonrisas.

-Yoongi- dijo Tae con un aire de felicidad en su voz-Ven-palmeó el lado de su cama que se encontraba libre.

Yoongi se quitó sus zapatos antes de avanzar, puesto a que en ocasiones pasadas había aprendido que si había algo que a Tae lo sacara de quicio, era que pisaran y ensuciaran la gran alfombra rosa que rodeaba su cama. Se subió a la cama del chico sin esfuerzo y este lo abrazó casi al instante.

-¿Por qué tardaste tanto en venir?-dijo Tae mientras rodeaba el cuello del mayor con sus delgados brazos y hacía un puchero, acercando su rostro al de este.