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Estaba amaneciendo y la carretera estaba tranquila. Teniendo en cuenta que había media hora de viaje por delante, nuestro reciente mayor de edad se puso a pensar. Era algo que hacía mucho. Pensaba en el pasado, a veces en el presente. Pero sobretodo en el futuro. En sus planes, en lo que iba a hacer durante el día, en lo que le gustaría. Pero en este momento, pensaba más bien en cómo viviría su vida a partir de ese momento. Era libre de elegir. No tenía que seguir las reglas de sus padres nunca más. Se acabó bajar a cenar y dejar partidas a medias, acostarse antes de las doce o salir de casa para "disfrutar del mundo exterior". Sencillamente, podía hacer lo que quisiese, aunque no todo era perfecto. Su principal enemigo era la falta de dinero. No tener dinero equivalía a no tener ni comida, ni videojuegos, ni podía hacerse cargo de su gato: necesitaba sus propios alimentos y vacunas. Además de pagar facturas. Y las tareas de casa, que a pesar de molestas eran obligatorias y necesarias. Las odiaba, pero ya no le quedaría más remedio que atenderlas. Al fin de al cabo, la casa no era suya.

Pero aunque todo eso le supusiese una gran preocupación, había un problema que los superaba con creces: su nueva compañera de casa y de vida. Sabía que no era muy diferente a él, sino no le habría acogido ni le habría caído bien. Pero eso no quitaba todos los problemas de una relación: desde convivir y socializar...hasta la remota, aunque no imposible, posibilidad de enamorarse. Y eso no debía pasar, lo sabía muy bien. No debía confiarse, porque tenía el riesgo de que alguno saliera herido, el "dilema del erizo".  Pero debía afrontarlo con valentía, pues era su única salida.

De repente, se acordó de su gato. Aquella criaturita de la que estaba a cargo. Aquel animal estaba acomodado en la riñonera, con la cabeza fuera para poder sentir la brisa refrescante de la mañana. Con el ajetreo de la mudanza, no había tenido tiempo de ponerle un nombre. De pequeño fantaseaba con un perro llamado choco, de color marrón y ojos verdes. O con un gato blanco y ojos azules llamado Ícaro. Pero su gato era hembra, además de tener el pelaje rojizo. Entonces se acordó de los libros de hace años, en la escuela, antes de dejar los estudios. La roca líquida que salía de los volcanes, también conocida como lava. Era el nombre perfecto.

—De ahora en adelante, te llamarás Lava.

A lo que ella me respondió con un maullido de felicidad.

Cuando estaba cerca de los grandes edificios de Madrid, siguió las indicaciones del GPS para llegar a la casa de GreenStarPrincess. Y si seguía usando su nametag era porque desconocía su nombre real. Nadie sabía el nombre real de los demás. Se les hacía mas cómodo de esa manera, manteniendo el anonimato. Y después de un buen rato callejeando, llegó a la dirección que quería. Se bajó de la moto, se acercó al portal y se dispuso a llamar. El miedo le podía. Miró a Lava en busca de fuerza de voluntad. Entonces levantó el dedo, buscó el número de Green y llamó con decisión. Esperó unos minutos, pero nadie respondía. Volvió a llamar, pero seguía sin responder. "¿Es esto una broma?" se dijo a si mismo "¿Acaso me han vuelto a engañar?". Tenía toda la pinta. Al fin de al cabo, ¿quién podía tener tan buen corazón como para acoger a alguien sin más? Llamó una última vez, con la esperanza de estar equivocado. Pero nada.

Decidió regresar a su moto, entristecido por aquello. Otra vez confiado y engañado. Tendría que regresar a casa de sus padres y admitir que no se las podía valer por sí mismo. Buscar un trabajo penoso, teniendo en cuenta que no tenía estudios. Pero cuando todo parecía perdido, se oyó una voz que salía del telefonillo:

—¿Si?— sonó una voz cansada.

Al instante se bajó de la moto y corrió a contestar.

  —¡Soy Golden!

—¡Golden! Espera, ya bajo. Te voy abriendo la puerta.

Se oyó un zumbido proveniente de la puerta y Golden empujó para abrirla. Empezó a descargar todo su equipaje de la moto y lo fue depositando en el interior del portal. Para cuando había acabado, una chica de pelo largo y castaño bajó. Sus ojos eran verdes y tenía la piel pálida. Era guapa y tenía un gran atractivo, pero Golden se apartó esa idea de la cabeza.

—Siento la tardanza, estaba dormida. 

—No pasa nada. 

—¿Qué tenemos aquí? El Gran Golden, el mejor healer.

—¡Qué Lucio no es sólo un healer!

—Se nota que eres tú...—se fijó en la riñonera—¡Qué mono!

—Mona— corrigió él.— ¿Me ayudas con el equipaje?

—¡Claro!

Una vez en el apartamento, Green se dirigió a Golden:

—Bueno, imagino que querrás saber mi nombre real, ¿no?

—La verdad es que no.

—Pues lo siento, pero yo si quiero saber el tuyo.

—Bueno...— suspiró— Me llamo Daniel.

—Encantada, Daniel. Yo me llamó Laura. Y ahora que ya nos hemos presentado, permíteme que te enseñe el apartamento.

Laura le guió por la casa, enseñándole todas las estancias: una cocina, un salón muy poco amueblado, un baño y dos habitaciones. No le dejó ver su habitación. "Cosas de chicas", pensó. La habitación de Golden estaba, literalmente, vacía. Ni un colchón.

—¿Dónde pretendes que duerma?

—Bueno, hay un colchón en el armario. Y sino, el sofá es muy cómodo.

—Me las apañaré.

—Si me disculpas, voy a desayunar.

—Vale, yo tengo que hacer cosas. Volveré en unas horas. Dejo a Lava en la habitación, no la molestes mucho.

—¿A quién?

—Mi gata.

—Ah, vale.

Y se fue de compras matutinas. Necesitaba bastantes muebles para la habitación, ropa, sábanas, comida para gatos y algún que otro juguete felino. Contrató el envío a domicilio y en cuanto le llegó, se puso manos a la obra a montar todo y a colocar sus pertenencias. Le llevo todo el día, pero cuando ya eran las doce de la noche, acabó con la colocación. En otras ocasiones, habría continuado jugando con el portátil, pero del agotamiento se quedó dormido en su recién montada cama.


Espero que se note que he vuelto a la vida y que estoy continuando las historias. Aunque la verdad es que no recibo casi apoyo. O sea que si queréis que continúe, hacédmelo saber, dado que ver votos y comentarios de animo me ayudan a continuar escribiendo y no dejarlo todo tirado.

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⏰ Última actualización: Jul 09, 2018 ⏰

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The Golden Paladins - Una historia de GamersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora