Black tears

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Escucho pasos y luego el ruido de los platos y cubiertos al ser lavados ruidosamente,  mi abuelo realiza la misma rutina desde que tengo memoria... se despierta todos los días a las 6:00 am para intentar lavar los platos, sí, digo intentar porque después de pasar por su método de lavado los platos quedan en tal estado que deben ser lavados nuevamente si no quieres morir intoxicado. Hago todas estas observaciones mentalmente por un solo motivo: retrasar el momento de enfrentar el día lo más posible. Coloco mi cabeza bajo la almohada para bloquear todos los pensamientos que comienzan a inundar mi mente.

- ¡Alex!  Otra vez vas a llegar tarde- Informa la voz aguda que utiliza mi abuela para llamarme. Para variar me quedé dormida, abro los ojos rápidamente para ver a que me enfrento hoy -contemplo la ventana- en el exterior el día está completamente lluvioso, no puedo evitar esbozar lo más cercano a una sonrisa, amo los días grises! me siento comprendida.

De repente siento el aroma de la comida que proviene de la cocina y caigo en la realidad nuevamente, me levanto rápidamente y comienzo a desvestirme, me observo en el espejo detenidamente y no me gusta lo que veo... Mis brazos son demasiado anchos, jamás voy a conseguir que mi estómago sea plano y ni hablar de la parte superior de mis piernas que mide el doble de ancho de lo que deberían y todavía conservan viejas cicatrices de cuando.. lágrimas comenzaron a inundar mis ojos y decido que lo mejor es no recordar eso. Escucho la voz de mi abuela al otro lado de la puerta anunciándome que el almuerzo está listo, una nueva mirada al espejo me hace decidir que no puedo permitirme ingerir eso, recojo mi mochila del piso y me despido con la excusa de que no me siento bien y debo llegar rápido al colegio para no ser amonestada.

No me detengo a oír las protestas, en menos de dos minutos ya estoy fuera y mi infierno comienza.  

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