El gran día.

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6:00 a.m.

Finalmente el grandioso día había llegado, (solo para Miguel en ese momento) ese gran día donde le pediría a su Hiro que se casará con él.

Pero sin apurarnos más, Miguel aunque emocionado y todo, se siente adormilado. Con calma toma su bata de baño y se dirige para darse una ducha, Hiro aún seguía dormido, había llegado tarde a la cama después de trabajar en el laboratorio hasta tarde.

Así que nuestro Miguelito comienza a ducharse con un poco de flojera, bueno, quizás mucha flojera. A él no le gustaba ducharse en las mañanas, le quitaban sus 15 minutos de sueño extra esas duchas mañaneras, pero obviamente quería conservar la frescura de su baño por el resto del día.

Mientras se estaba duchando repasaba mentalmente el itinerario que tenía que seguir hoy

1-. Despertar temprano, darse una ducha e ir medio día al estudio de grabación.

2-.Conseguir un buen arreglo floral.

3-.Recorrer media ciudad para comprar un kilo de las gomitas especiales de Hiro, ¡Un kilo!

4-.Ensayar en el estudio la canción.

5-.Revisar por enésima vez que aún tuviera el anillo en su cajita.

6-.Cambiarse su traje por el de Mariachi.

7-.Hablarle a sus compas del Mariachi (Marco, Kyle y Héctor)

8-. Llegar bien chido a su casa para declararle todo su amor al chino.

Después de haber repasado, salió de la ducha sin hacer demasiado ruido, pues al parecer Hiro seguía dormido, después de todo el desorden que hizo en la regadera, pero al parecer hoy su chinito estaba que se moría de sueño.

Así que prosiguió haciendo más desorden sacando ropa del armario, algo que se viera casual, no quería verse tan extravagante desde la mañana. A parte iba al estudio, ahí siempre se iba bien fachoso.

Después de vestirse, salió del cuarto con dirección hacia la puerta de la cochera, no quería hacer de desayunar. Ya buscaría un puesto callejero de dogos o algo así. ¡Maldito Sanfransokyo sin tamales mañaneros!

Posteriormente, se dispuso a irse en su auto, pero antes reviso la cajuela para cerciorarse de que su traje de mariachero estuviera dentro y pues sí, al parecer aún estaba ahí, así que sin más se fue al estudio.

Cuando llegó hizo lo de siempre, reviso el poco material que le habían dejado de esta semana. En lo personal, la mayoría de esas voces se escuchaban muy genéricas, pero ¿Quién chingados era el para juzgar?

Con un poco de resignación tuvo que escribir un par de cartas para las personas que enviaron esos covers de sus canciones agradeciendo que se tomarán la molestia de enviarles su contenido. No era un arrogante, sí eso es lo que están pensando, simplemente ya había escuchado muchísimo de eso, quería algo diferente.

En Sanfransokyo muchísima gente quería aspirar a ser cantante o por lo menos compositor, por esa misma razón a diario a Miguelito le llegaban muchísimos sobres con memorias o discos en donde estaba algún cover o canción propia. Era un poco tedioso estar escuchando tanta gente cantar, pero obviamente no quería ser descortés.

Ese día solo se tomaría la molestia de escuchar otras 40 canciones y escribir algunas cartas para los remitentes.

Probablemente debería de estar ensayando la canción que iba a cantar para Hiro por la noche, pero no podía dejar de hacer su trabajo.

Mientras escuchaba por quinta vez "acompáñame" le llegó un mensaje de Hiro.

Oye, buenos días, por lo menos hubieras

Vivencias de un chino poblano y  el joven Miguelito. (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora