La luz de la vida

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Era una noche tormentosa en Peacefull Garden. La lluvia caía a cantaros mientras opacaba todo sonido en el lugar, excepto uno:

- ¡NO PAPÁ, NO! - Se oía por todo el valle.

Se repetía una y otra vez, sin cesar. Los gritos no pararon hasta después de que la lluvia se disipara. Una vez se tranquilizó el valle la gente fue en busca del lugar de donde provenían los gritos. Al caer el anochecer con todos ya cansados, se acordó continuar la búsqueda al día siguiente. La paz y la tranquilidad no duraron mucho; Al caer un rayo los gritos comenzaron nuevamente - ¡NO PAPÁ, NO! – una y otra vez. La oscuridad de la noche parecía hacerse más profunda con cada grito.

En la total oscuridad y estruendosa lluvia lo único que predominaba era el viento y los gritos, que parecían resonar dentro de las casas. De pronto la oscuridad y la lluvia se disiparon al encenderse la luz de una vela. Quedando los gritos, la suave llama se movía en dirección a ellos.

Los gritos se empezaron a oír más fuerte con cada paso en el césped mojado. A la pobre vela le costaba respirar con el frio viento que parecía no querer dejarla vivir. La pobre llama se aferro a su vida segándose el camino para evitar extinguirse por el aire que le chocaba. La vela seguía su camino confiando en su oído para llegar al lugar de donde llegaban los gritos. Se detuvo al llegar al monte del valle donde los gritos cesaron. El viento parecía llegar de todas direcciones dejando sin vida a la pobre luz que alumbraba la cima del valle...

El frio de la noche y el viento salvaje le impedían despertar, el suelo húmedo le negaba dispersarse para sobrevivir, al entender que era su fin la pobre vela dejo morir la leve chispa y rastro de calor que la mantenía con vida.

La vela se habría dado por vencida cuando fue levantada por una suave brisa, su luz empezó a crecer débilmente cuando alcanzo a ver una cabaña al otro lado del valle. En aquella cabaña se veía una vida, una leve luz que parpadeaba pidiendo ayuda. Al llegar, la vela se lleno de asombro, y veía la pobre llama parpadeante junto a una sombra que rápidamente se desvaneció convertida en humo. Los gritos cesaron en cuanto la luz parpadeante vio que la sobra de humo se había ido. Dentro de la cabaña había algo de leña seca donde recostó a la luz parpadeante y la dejo alimentarse, una vez dejo de parpadear el utilizo lo que quedaba para no apagarse.

Tomo un descanso viendo a la pequeña llama que descansaba estética sobre la leña, le era tranquila la escena donde parecía salvarse del frio viento del anochecer. Se permitió descansar estética en leña junto a la luz parpadeante, sin embargo, fue despertado al ver sentir la debilidad que le causo el viento que llegaba desde un agujero en la pared, parecía que alguien lo había hecho al quemar la madera. Al darse vuelta nuevamente la otra llama no estaba, y tampoco había rastro de cera.

Los gritos volvieron proviniendo de la cima del monte. Salió corriendo, buscando a la luz parpadeante. Parecía haber llegado a la cima del monte, ahí veía su parpadeo, yendo lo más rápido posible, llevando consigo leña, llego a la cima donde la llama ya se había extinguido. Y la sombra de humo una vez mas se disipo de la escena.

Con la pobre luz que no pudo salvar y la aparente desaparición de los gritos decidió volver a casa bajando el valle. Todo parecía normal, hasta ver que nadie contestaba, ninguna luz se encendía. Al entrar a casa todo parecía estar mojado y destrozado. Al salir decidió ver a su alrededor y vio las puertas abiertas, esta vez no había nada que pareciera fuera de lugar. Después de investigar noto que todas las velas estaban empapadas, se llevó a una cargando al otro lado del valle hasta la cabaña, donde secó la vela e intento encenderla, maesturs seguía demasiado húmeda para encenderla, y sabia que seria lo mismo con el resto.

Al final la pobre luz se posó sobre la cima del valle recordando cuantas veces la subió aquella noche y pensando en la sombra de humo que desapareció. Viendo el amanecer bajo su vista al pequeño Peacefull Garden y se recostó sobre el suelo húmedo para morir.  

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