Cuando las luces se apagan

Cuando las luces se apagan y no queda ninguna sombra de compañía debido a la  oscuridad, una gran confusión llega, es ahí donde te das cuenta que el silencio se convierte en lo más ruidoso del mundo porque solo te escuchas a ti, a tu mente y es tan ruidoso que al desahogarte te desconoces por completo.. desconoces esas terribles ganas  de gritar o llorar aún estando solo, pretendes ser fuerte, tan fuerte como el ruido,no hay alguien a tu al rededor que te diga débil, pero temes a que te lo digan, porque temes a que se convierta en realidad, a que te conozcas,maldita sea estás solo.
Te das cuenta que estás solo y eres tan débil como el vidrio de un cristal roto,que puedes gritar cuantas veces quieras y llorar si asi lo quieres, pedir ayuda aunque no te la den jamás.. conocer a la basura en que uno se ha convertido con el tiempo, con remordimiento recordar los momentos, las cosas y personas que te fueron destruyendo de a poco, todos los errores surgen y las decepciones vuelven junto a un mar sin fin de recuerdos y secretos.
Pero no todo es una herida,no existe  alguna sin cicatriz.
Aunque no estés listo llega a pasar, tu vida empieza a comportarse como una balanza equilibrada de lo bueno y malo, porque de eso están hechos los recuerdos, los buenos son más pesados por valer más, mientras que los malos son frágiles porque depende de lo que a tu mente le parezca, una ventaja porque puedes contradecir eso, fingir que no ha pasado nada malo en ti.. si te lo imaginas, si te lo dices muchas veces puede ser que hasta tu mismo te lo creas, al menos por un tiempo,como jugarte una broma, mentirte para no caer en ese pozo de realidad, al menos para que queden aquellos recuerdos buenos, los más geniales y cortos de tu joven vida.