Parte 7: Commutative

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Al día siguiente los murmullos y las sonrisitas delataron lo evidente. Yoongi solo esperaba que sus compañeros encontraran prontamente algo más relevante en que poner su atención que no fuera la vida ajena, en especial la suya.

Totalmente decido a superar su zona de confort ante la incomodidad de ser el centro de interés y estragos internos por falta de óptimo manejo de emociones, saludó a Jimin sonriendo con los labios cerrados y revolviendo su cabello rubio.

—Buenas tardes. —Sonreía de vuelta.

Era adorable, las mejillas rosadas y los ojos como dos finas líneas era demasiado para él. Tanta ternura que apretaba su estómago. "Si dijeras lo que sientes quizás tu cuerpo no se pondría en tu contra", le había sugerido el novio raro de su mejor amigo.

Tal vez, solo tal vez, tuviera un poco de razón.

—Te ves muy bien hoy, hyung —comentó con el rojo acentuándose en su lindo rostro.

—Jimin estuvo ensayando esa línea varias veces frente al espejo —expuso Jungkook divertido al pasar por el lado de ambos.

—¡Yah! ¡No fue tan así! —Se defendió con el calor quemando hasta las orejas.

Yoongi pudo reír más relajado, ¿Jimin ensayaba diálogos? La expresión avergonzada seguía siendo tierna.

—Eres un maldito mocoso adorable.

"Que no tiene idea lo que causa en mí", pero eso no lo añadiría.

—Yoongi hyung, tienes que ser más dulce con nuestro mochi. —Hoseok se integró a la conversación apenas llegó—. Deberías confesarle lo mucho que te encanta su ternura.

Jimin no era el único que tenía un amigo con el afán de ponerlo en situaciones embarazosas.

—Ignóralos, Jimin-ah —dijo apoyando una mano en su hombro, invitándolo a salir de la sala de empleados con un empujoncito suave antes que siguieran apareciendo compañeros de turno a sumarse a la fiesta.

Los pequeños ojos del menor estaban fijos en él, como si quisiera algo y no se atreviera a emitir la frase, esperando que Yoongi adivinara.

Yoongi no era bueno adivinando. De hecho, era bastante malo lidiando con esas sutilezas de la comunicación interpersonal. Hasta un libro abierto como Jimin podía tener partes que escapaban de su compresión. Ilustraciones que se prestaban para varias interpretaciones.

—Si no me lo dices, no tengo idea qué es lo que quieres.

Ahí estaba su libro abierto, delatándose a sí mismo con el rubor cubriendo su rostro.

—¿Podemos tener el turno de descanso juntos?

Y recordó su oración impulsiva del día anterior. Estaba seguro que su cara ya no estaba pálida. Los besos, era imposible no tenerlos en cuenta, de solo pensarlo el hormigueo se extendía por su estómago. No recordaba que besar a alguien pudiera llegar a sentirse como una necesidad.

—Hablaré con Jin hyung.

Jimin dio un brinco interno de felicidad. Le quedaba algo de control para no caminar dando saltitos, aunque no lo suficiente para reprimir las sonrisas y las risitas espontáneas, esperaba que ningún cliente hiciera una mala deducción y creyera se burlaba.

No había forma, ni tampoco quería evitarlo, la alegría vibraba por todo su cuerpo y era tan transparente que lo irradiaba. Con facilidad contagiaba la risa a sus compañeros e incluso a un par de clientes.

De a poquito veía luces en el camino que atravesaba a oscuras. Cada sonrisa que Yoongi le dedicaba alumbraba la dirección correcta hacia sus ilusiones por cumplir.

A Bit of Luck [YoonMin/JimSu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora