Igual que ayer me preparo para ir al instituto, nada diferente a lo habitual, pero esta vez me doy prisa para llegar más temprano dispuesta a hablar con el tutor sobre el cambio de asiento que le hizo a Max. No tardo mucho en salir de mi casa y salgo con prisas al instituto.
- Buenos días, qué buen día hará hoy - escucho decir al señor Landowski.
Le contesto con un simple buenos días, que al poco tiempo me arrepiento de haber sido tan borde, pero no podía aceptar que un chico tan malcriado como Max se siente a mi lado por los últimos meses de instituto. Llego quince minutos antes de que empiece las clases y me pongo a buscar al tutor por las aulas pero me encuentro con Max enfrente de la puerta de la nuestra.
- Sabía que vendrías. - hace una media sonrisa pero no abro la boca - ¿qué pasa? ¿te comió la lengua el gato?
- ¿Has visto a nuestro tutor? - me cruzo de brazos mirándole fijamente
- ¿No quieres pasar tiempo conmigo? - se acerca rodeando mi cintura con el brazo
- La verdad, no. - digo seria e intenté apartarme, pero él es más fuerte que yo y me agarra más fuerte.
Esta situación solo hace que me hierva la sangre. "¿Este chico acaso sabe lo que es el espacio personal?". Se empieza a acercar más y me acorrala contra la pared. Pongo mis manos contra su pecho para alejarlo pero él no se rinde y sigue intentando. "Por favor que alguien me saque de aquí" digo para mis adentros y como si alguien hubiera escuchado mis pensamientos, llega alguien.
- ¿No ves que no quiere estar contigo? - le agarra del brazo y lo aparta
- ¿Y tu eres? - le contesta molesto plantandole cara
- ¿Acaso importa?, déjala en paz - se cruza de brazos y le mira amenazante
Max se queja y se aleja molesto, pero sé que volverá, él no se rinde fácilmente y lo que yo estoy creando es un reto para él, pero me niego a caer a sus pies. Suspiro y me coloco bien cogiendo algo de aire y relajándome.
- Gracias Ethan, te debo una - sonrío amablemente
- No me las des, te ví en problemas y lo menos que podía hacer era ayudar - me devuelve la sonrisa
Me extrañó verle en el piso de mis clases puesto que él debería estar en otro curso. Tras preguntarle me explicó que su madre le pidió que fuera a buscarme para que no se perdiera en su primer día. Amablemente le guié a la sala de profesores y les expliqué lo que ocurría. Ethan y yo nos despedimos y cada uno se fue a nuestras respectivas clases. Entré molesta por lo ocurrido anteriormente con Max y al girarme para mi pupitre vi que Max estaba sentado en mi sitio.
- Max, aparta, es mi sitio.
- Oye oye, ¿sabes lo que es el "por favor"?, venga Diana que no somos niños pequeños - dijo en tono burlón.
- Te apartas tú o te aparto yo, decide - dije amenazando y él no tuvo más remedio que apartarse y sentarse en el sitio que le corresponde.
Me senté finalmente en mi sitio y me puse a sacar los libros de la asignatura cuando el tutor entra a la clase y nos da la noticia de que la primera hora la tenemos libre puesto que el profesor se puso enfermo y no pudo asistir, así que él, el tutor, le iba a sustituir. Me acerco lentamente y le pido hablar fuera de clase para explicarle lo que le quería decir esta mañana. Le hago saber lo ocurrido y mi situación mientras él simplemente asiente a cada palabra que digo.
- Lo siento Diana, pero la decisión está tomada. Max es un chico problemático y tiene que sentarse al lado de alguien serio y que sea buen alumno para que su nivel académico crezca.
- ¡De todas las personas de la clase, ¿por qué yo?! - elevo la voz y parece que eso le molesta.
- No me eleve la voz Diana, la decisión está tomada.
Tras decir esas palabras, el tutor entra a clase seguido de mi echando humo por las orejas. Desvío mi mirada a mi pupitre y me encuentro a Max con mi cuaderno de dibujos y rodeado de sus "fans" riéndose de ellos. Me acerco y sin decir nada le doy una bofetada a Max en toda la cara dejando la marca de mi mano en su mejilla y, agarrando mi cuaderno y mis cosas, salgo corriendo de la clase y me encierro en el baño del primer piso para que nadie me encuentre. Saco el móvil y le digo a mi madre que me venga a buscar que me encuentro mal de la barriga y de la cabeza, obviamente mintiendo, pero no podía volver a clase. A los pocos minutos mi madre aparece en la puerta de secretaría y salgo directa a mi casa.
Mi madre al tener que trabajar me deja sola en casa y nada más entrar por la puerta principal, me tumbo en la cama abrazando a la almohada desahogándome, y sin darme cuenta me quedo dormida.
Me desperté por los sonidos de un árbol que por el viento chocaba contra el cristal de mi ventana. Me estiro y me siento en la cama mirando a un punto fijo de la pared, pero a los pocos minutos me percato en la situación en la que me encuentro y sacudo la cabeza saliendo del trance. Miré la hora en mi teléfono móvil y vi que era ya por la tarde. Me llega un mensaje de mi madre para saber cómo estaba y que si me encontraba mejor, cuando ella viniera iríamos a comprar ropa para mi.
Al llegar mi madre yo ya estaba lista para ir a comprar. Odio ir de compras, pero quería despejarme un poco y mañana no estar de mal humor.
- ¿Cómo estás Diana? - pregunta mi madre y yo levanto y bajo los hombros - Bueno, vayamos a comprar ropa nueva, que siempre llevas la misma.
Siempre llevaba pantalones largos y camisetas anchas con chaqueta o sudadera. Aparte de que era lo que más me gustaba, era porque no quería que se notara mucho mi cuerpo, tenía demasiados complejos para dejar verlo.
Me monté en el coche y puse Queen a todo volumen. Mi madre no lo soportaba pero ya se había acostumbrado y estaba cansada de luchar para que cambiara las canciones. No tardamos mucho en llegar al gran centro comercial que se situaba en el centro de la ciudad. Mientras mi madre iba mirando la ropa yo estaba tan sólo siguiéndola por detrás. Miré hacia la parte de hombres y me escapé de mi madre como pude. Me sentía mucho más agusto en esa zona, aunque algunas personas me miraban raro, yo simplemente caminaba sin rumbo por la tienda cuando de repente me choco con alguien.
- Uy, disculpa, ¿te has hecho daño?- me dice con una suave voz y sonríe.
Miro hacia arriba puesto que era muy alto. Tenía unos ojos azul cielo y un pelo despeinado y rubio, vestía con una camisa de cuadros verde y unos vaqueros medios ajustados. Al instante me di cuenta que era un chico de la clase B, la de al lado de la mía, la A.
- Si si, no te preocupes - sonrío de vuelta. - Ivan, ¿no?
- Vaya, ¿nos conocemos?
- Sí, bueno no, pero si - me mira confundido - soy de la clase A.
- Oh, ¿y cómo sabe mi nombre una señorita tan bonita como tu? - me mira a los ojos y no puedo evitar desviar la mirada avergonzada.
- El primer día, dicen los nombres de la gente, soy buena recordando nombres - río torpemente y escucho que alguien le llama.
- Me tengo que ir, nos veremos en el instituto - está dispuesto a irse pero se gira un instante - ¿Cómo te llamas?
- Diana
- Bonito nombre para una bonita chica - sonríe dulcemente y se va con sus amigos.
Me quedo mirando como se va, pero mi madre aparece por detrás pegándome un gran susto. Me pregunta que hacia en esa parte de la tienda pero yo solo le pregunto que si nos podríamos ir ya. Ella asiente, pero conociéndola, nos quedaremos por lo menos media hora más en la tienda, y así fue. Una eterna y horrible media hora pasó y por fin salimos de la tienda con un par de bolsas de ropa que mi madre se compró para ella.
Al final a mi no me compró nada, y eso que vinimos por mi. Tras llegar a casa me senté en el sofá mirando como mi madre me enseñaba cada prenda que había comprado y como le quedaba. A los 10 minutos de estar así, simplemente me metí en mi burbuja y desconecté de todo, que es lo que suelo hacer. Presente, pero no existo. Así es como me siento siempre, y me gusta, nadie me romperá de nuevo.
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El Mundo De Mis Problemas
Teen FictionMe llamo Diana y soy una chica tranquila con muchos problemas pasando por mi mente. Una vez me dijeron que soy como una niña que hace un mundo de sus problemas, creo un mundo de algo muy pequeño, ¿Qué quién me lo dijo?, eso es algo que sólo alguien...