Nueve quince

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Llevaba media hora conduciendo, la lluvia ya habia sesado, aún no entendia por que la lluvia era causante de que el trafico fuera peor.
La luz en rojo y yo detuve el auto, divise a una mujer que extendia su mano para parar un taxi, seria imposible que ella consiguera uno en estas condiciones, pensé, me quedo mirandola por un rato, cambio la luz y avance,pase a la mujer que pedia un taxi, unos metros más adelante la seguia mirando por el retrovisor, seguia sin poder conseguir quien la lleve, y habian pasado un par de taxis sin detenerse, debo de estar demasiado loco para hacer esto, di vuelta en el siguente retorno esperanzado de que aquella mujer siguiera esperando por un taxi.

Tenía un buen presentimiento con ella, nunca me habia pasado algo igual, en serio debo de estar fuera de mis casillas.

Baje la ventana del copiloto cuando estuve cerca de ella.

-Hola, ¿a dónde te dirijes?

-Hola, Mmmmhh... - ella dudo en decirme algo más, no la culpó, era demasiado extraño que suceda esto.

-Tranquila, seguro puedo acercarte a algún lugar, es muy poco probable que consigas un taxi en estas condiciones

En serio esperaba que aceptara mi propuesta, desde que la vi cuando baje la ventanilla, quedé hipnotizado por su belleza natural, ella se sentía como una gran luz brillante en medio de toda la obscuridad, a simple vista era todo lo que esperaba y buscaba, ella es el tipo de chica que se aparce en tus sueños salvandote, la mujer más hermosa que halla visto, parada ahí con tanta seguridad en si misma, su chamarra de piel apenas la cubria de la brisa que quedó después de la lluvia, en serio me estaba volviendo loco, ella me estaba volviendo loco, apenas la conocia y me hizo sentir como un adolescente de nuevo.

Estaba perdido en mis pensamientos cuando ella me dio una dirección, quedaba totalmente retirado de mi casa, pero no me importó, sólo le dije que subiera.

-Vamos sube, me queda de pasada, te dejaré ahi- mentí por completo, el lugar no quedaba tan retirado desde este punto, y la noche era larga, no tengo ningún problema con llevarla hasta su casa.

-Gracias, en serio, deberia de haber más personas como tú, tenia rato esperando a que un taxi se detuviera. - me dijo mientras se subia al auto

Me quedé admirandola mientras se acomodaba en el asiento y se colocaba el cinturón de seguridad, volteó su mirada hacia mi y me sonrío, era una sornisa de agradecimiento, la más hermosa sonrisa que he visto.

Avance el auto en dirección a su casa, los vidrios comenzaban a empeñarse, puse el AC un poco frío sólo lo suficiente para que se desempañaran los vidrios, su aroma rápidamente se coló por mi nariz, el más exquisito aroma, fresco con un poco de dulzor.

Ninguno de los dos decíamos nada, tenía tantas preguntas para ella, queria saber más sobre su vida, ¿tendría novio?, sus gustos en todo, ¿cuál era su trabajo?...

La miraba de reojo, ella se dio cuenta volteó su cara hacia mi y me dedicó una sonrisa tímida, subí el volumen del estéreo, la canción terminaba y otra se reprodujo, comencé a tararear bajo, otra hermosa sonrisa por parte de ella, comenzo a cantar ls canción, y me dijo "es mi favorita", "la mia también" respondí.

Yo no creía en el destino y esas cosas, nunca lo hice, pero mi mundo cambio, ella lo cambio.

El tiempo pasaba, no subia más la velocidad, en serio queria pasar más tiempo con ella, es tan hermosa, cantando sin preocupación alguna.

Varias canciones más sonaron y ambos contábamos "tu voz es increíble" dijo, estaba a una cuadra de llegar al destino, no quiero que baje, no quiero que el viaje termine, no quiero que estos 15 minutos se terminen.

Aparque afuera de su edificio, si no es ahora nunca, dije para mis adentros, quite el cinturon de seguridad y me bajé para abrirle la puerta, ella al salir resbaló torpemente, estaba yo ahí para sostenerla, mi corazón latia demasiado rápido, pude sentir su nerviosismo, si corazón también latia rápido.

No nos habíamos separado,mis manos sobre su cintura y las de ella sobre mis hombres sosteniendose, así de cerca era más bella aun, su respiración entrecortada, mis ojos examinando cada parte de su rostro, sus cejas, sus ojos, las pecas que tenía sobre su fina nariz, sus labios; seguí mis impulsos y poco a poco mis labios estaban sobre los de ella. Para mi sorpresa me correspondió, sentia tanto en mi interior, era tan feliz.

-Lo siento - dije al separarme de ella

-No tienes por que disculparte, soy Eun Ji

-Young Jae, mucho gusto

-¿Quieres pasar a tomar algo? - sus nervios de habían esfumado

Sólo asenti con una sonrisa.

Quien diria que aquella mujer se convertiría en mi felicidad.

Nueve quince. [Youngjae] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora