Corre que te alcanzo

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Tal como dicen las etiquetas de este fic, SÓLO HAY DIÁLOGOS AQUÍ, NADA DE NARRACIÓN, pero me he esforzado por hacer que los personajes queden todo lo OC que se pudo para que esto no sea un problema. Puede que sea estresante leerlo, pero si se quedan a ver qué tal, muchas gracias y nos leemos en las notas de abajo.

...

—Deja de parlotear, lechuza vieja. Me pones los nervios de punta.

— ¡Hermano, no puedo! ¡Cómo podría! ¡Apendicitis, dijiste!

—Sí, eso dije, pero yo soy quien debería estar alterado, no tú. Mira, hasta Keiji está tranquilo.

— ¡Akaashi también se preocupa!

—Bokuto-san, cálmese por favor.

— ¡Akaashi, ¿tú también?!

—Entiendo su preocupación, a mí también me preocupa el estado de salud de Kuro-san, pero no creo que debamos alterarlo: está por tomar un vuelo y estresarle no servirá de nada.

—Eso. ¿Ves, hermano?

— ¡No! ¡No lo veo! ¡¿Cómo no podría preocuparme por mi hermano?! ¡Apendicitis, dijiste!

—Si sigues así, terminarás alterando al pobre de Kenma también, tan solo míralo.

— ¿Eh? ¿A mí?

—Estás preocupado por mí, Kenma.

—No lo estoy.

—Sí lo estás.

—No por ti.

— ¿Oya?

— ¿Oya oya?

—Kenma-san, ¿no está preocupado por Kuro-san?

—... Me preocupa más el cirujano. Kuroo detesta estas cosas.

—Eso es igual a estar preocupado por mí.

—No lo es.

—Que sí.

—Que no.

—Que sí.

— ¡Se olvidan de lo importante! ¡Mi hermano está a punto de convertirse en Frankenstein!

—Vale, vale. Si no quieres escuchar, no quieres escuchar, hermano. Al menos intenta distraerme para que no acabe pensando en ello también.

— ¡Distraer, vale! Eh... ¿Cuál fue el presidente que subió al poder cuando se votó por la derogación de la Ley Seca en Estados Unidos?

— ¡Y yo qué voy a saber, lechuza vieja! ¡Habla de otras cosas!

—Fue... ¿Roosevelt, en el 33?

—Ah. Sí. Akaashi, qué listillo. ¿Cómo lo sabes?

—... Mi padre es historiador y un apasionado de la cultura mercantil, y el aumento en la compraventa ilegal de vino durante esa época dejó más de una catastrófica consecuencia tras de sí, Bokuto-san. Además, a mí... me gusta el jazz.

—No te capto.

—A Keiji le contaban cuentos para dormir sobre las crisis a las que no muchos prestan atención. ¿Alguna vez te ha hablado de las guerrillas de Europa?, ¿de los encuentros en África? Nunca dejes que te hable de John Laurens*, en todo caso: una vez que inicia, no hay quien lo pare.

—No es para tanto, Kuro-san.

—Hermano, me asustas. ¿Desde cuándo hablas tanto con mi Akaashi si tú tienes a tu Kenma?

Corre que te alcanzoWhere stories live. Discover now