Prólogo

2.1K 98 17
                                    

—¿A qué viene tanta vela y tanta flor?—cuestionó mi novia entrando en el comedor de nuestra casa y dándome un beso dulce

—¿Acaso no puedo sorprender al amor de mi vida?

Sonríe y rueda los ojos para después sentarse cuando le hago un gesto. Le he preparado su plato favorito y he enfriado una botella de champán.

—En serio, ¿qué celebramos?

—Bueno...—le lleno la copa—Celebramos que he firmado un contrato nuevo y que es la oportunidad de mi vida. He firmado con el Atlético de Madrid, nos vamos después del mundial.

Su sonrisa se desvanece y deja la copa sobre la mesa.

—¿A Madrid?

—Sí, a Madrid. ¿No te alegras?

—Claro que me alegro por ti, Antoine, es la oportunidad de tu vida pero...

—¿Hay un pero?

—Yo no puedo irme a Madrid. Mi vida está aquí. Dejé Galicia por la oportunidad que me suponía estudiar aquí, te conocí a ti y...

—¡Pero en Madrid también hay muchas universidades y mejores! Nos adaptaremos juntos a esa nueva vida, podemos hacerlo si no nos separamos.

—Antoine...

—Me prometiste que me apoyarías en todas las decisiones que tomase.

—Y te apoyo. Vaya si te apoyo. Pero no puedo irme contigo a Madrid, no ahora.

Me mira a los ojos, los suyos están llorosos.

—Irás a verme, te pagaré los vuelos, y yo también vendré cuando pueda. No dejaré que la distancia arruine lo nuestro, amour.

Niega con la cabeza y me da las manos.

—No lo entiendes, Antoine. No puedo tener una relación a distancia. Me cuesta mucho quedarme sola cuando te vas de viaje de equipo... Imagínate quedarme sola quien sabe cuánto tiempo hasta que vengas de visita... Te quiero, y te quiero con todo mi corazón. Pero no estoy preparada para soportar esto... Lo siento, Antoine. No puedo seguir contigo.

Se levanta y, tras darme un último beso en los labios con sabor a lágrimas, sale de casa para no volver.

No volví a verla desde aquella noche, pero seguía al tanto de su vida gracias a las redes sociales y a que de vez en cuando le mandaba un mensaje. Ambos rehicimos nuestra vida, aunque nunca llegué a olvidarla.

Y entonces, en Madrid, volvimos a encontrarnos.

AmourDonde viven las historias. Descúbrelo ahora