Pretty Eyes

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El erizo negro-rojo estaba apoyado de espaldas en uno de los pilares de su casa. El atardecer rojizo brillaba en sus ojos carmesí. Tenía un traje negro y sus orbes brillaban aún más mientras miraba una foto.

Se veía un erizo azul abrazado al azabache, la sonrisa que tenía era acompañada por unos hermosos ojos esmeraldas que resplandecían, el azabache dejó caer un par de lágrimas sobre el cristal.

Por su mente pasaban todos los recuerdos que había tenido con su hermoso erizo cobalto, había pasado 1 año tras la muerte de quién en vida fue la luz de su oscuridad, su novio.

Pero a pesar de tantos buenos recuerdos su corazón se había llenado de ira y odio poco a poco, juró acabar con el asesino de su amado. Y cuando tuvo la oportunidad de acabar con ese maldito chacal, no lo hizo; porque simplemente eso no hubiese querido su amado Sonic. Eso hizo que viese que la ira y el odio solo romperían su corazón más de lo que ya estaba.

El azabache entró a su casa, los recuerdos, la nostalgia lo invadió, esa casa había sido compartida durante 3 años con su pareja, cada rincón, incluso el más pequeño grano de polvo traían a su mente los recuerdos más profundos y hermosos de su vida con él.

Las fotos, los jarrones, la fogata; ese fuego salvaje se reflejaba en sus ojos carmesí recordándole la primera vez que lo abrazó, la primera vez que lo besó, la primera vez en que su corazón volvía a sentir el amor.

Pero el recuerdo que más sobresalía era cuando había visto esos ojos por primera vez, no necesitaba palabras porque su corazón se lo dijo, lo sintió, sabía desde ese momento que esos ojos solo le brillarán a él, que esa sonrisa irradiaría confianza solo para él. Sabía que ese erizo azul llegaría a su corazón.

"Pretty eyes"- susurró el azabache mientras subía las escaleras; esa canción había cambiado todo, con esa canción lo conquistó, con ella bailo por primera vez con su novio, esa canción sonó en su boda y... En el entierro de su amado porque le prometió que cuando se fuera, no pondría una cara triste. Porque le prometió ser fuerte y seguir adelante con su vida; aun cuando su amado agonizaba en sus brazos.

La canción, los ojos, la sonrisa y la promesa invadían su mente mientras caminaba, canturreaba imaginando una vida con su amado, con una familia llena de amor y sobretodo, con las estrellas, el sol, la luna o el fuego reflejándose en los ojos de ambos, mientras se abrazaban o besaban.

El azabache nunca comprendió el amor y siempre pensó que su vida sería sombra para siempre, pero eso pequeño erizo tan amoroso y generoso le enseño la luz, le hizo ver la vida y el amor con claridad.

Su amor le permitió seguir con vida.

Y siempre encontraba la forma de hacerlo sonreír. Durante tanto tiempo compartieron ese hermoso sentimiento. Pero en la vida no es todo felicidad, ¿Verdad?

Llegó a su habitación y vio la cama con tristeza porque ahora estaba vacía, se sentó en una de las esquinas de esta mientras miraba un libro, la portada desató su tristeza "Romeo y Julieta" se titulaba el libro. Las lágrimas corrieron por sus mejillas y se estrellaban en la portada del libro. ¿Por qué la vida separó a almas tan cercanas? Nunca se sabrá.

Dejó el libro sobre la cama y sonrió mientras lloraba porque sabía que a su pequeño Sonic no le hubiese gustado verlo así, se quitó la chaqueta y arremango su camisa. Salió de la habitación y siguió caminando, abrió la puerta de otra habitación y vio a su pequeño hijo dormir tranquilamente, sonrió y su mirada se llenó de serenidad. Cerró la puerta y subió a la terraza, vio el cielo nocturno; ¿Tanto tiempo había pasado? No importaba.

Sacó un cigarrillo y lo encendió, empezó a fumar mientras lloraba, pero también sonreía, después de todo, aún había sentimientos en su corazón destrozado.

Había pasado el tiempo, tal vez cuarto de hora, y el azabache sacó el cigarrillo de su boca, lo apagó y con una sonrisa nostálgica entró en su casa, fue a su habitación. Se dio una ducha y fue a su cama, cruzaba los brazos tras la cabeza y pensaba hasta que sus ojos se cerraron para dormir, o al menos pretender que lo hacía.

Cada noche era la misma pesadilla, la muerte de Sonic, las lágrimas en los ojos esmeraldas de su amado, la sangre en el cuerpo sucio del chacal, la risa macabra de este y sus manos que tranquilizaban al cobalto junto a la canción que le susurraba, la canción de cuna que prometieron le cantarían a sus hijos.

De pronto despertó, un llanto sonó por la casa y el azabache corrió al cuarto de dónde provenía, en este había una cuna con un erizo bebé de color negro con azul y con una motita como Shadow. Era su hijo, la pareja lo había adoptado 2 meses antes de la tragedia. Shadow lo sostuvo en sus brazos y empezó a cantarle, la misma canción que le susurró a Sonic antes de la muerte. Nova se empezó a calmar y a dormir en los brazos de su padre.

Lo curioso eran los ojos del niño, eran los mismos ojos de Sonic; eso traía a Shadow un consuelo diferente al que había pensado que tendría. Nova le recordaba tanto a su novio y al sueño de una familia feliz que la pareja había tenido, que el azabache juro protegerlo a costa de todos, no permitiría que le arrebataran otra persona importante.

Sonrió otra vez y dejó a su hijo dormir en paz. Se retiró y pensó que sea en donde sea que su amado estuviese, este estaría feliz y orgulloso de que a pesar de su ausencia Shadow y Nova eran felices y habían logrado su sueño .

Se lo imaginaba sonriendo y protegiéndolos todo el tiempo. Viéndolos con esos bonitos ojos esmeralda que brillaban más que las estrellas.

Pretty Eyes ||Shadonic|| 《One-Shot》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora