Marcas Imborrables

1.2K 119 75
                                    


Shingeki no Kyojin y sus personajes son propiedad de Hajime Isayama.

Portada e ilustraciones: Marienimar018 (Instagram)

.........................................................................................................................................................................................................................................................................................

Caminaba tranquilamente por los cuarteles de la Legión. Poco a poco el sol se empezaban a esconder y muchos soldados cesaban sus funciones diarias, regresando a sus lugares de descanso o a los comedores por cenar. Pero ella consideró que ahora era el momento propicio para lograr un respiro.

Fue un día intenso. Eren estaba particularmente irritable por toda la información recibida y ella, con el paso del tiempo, había aprendido que tenía que darle cierto espacio para que dejara decantar sus frustraciones. Pero, si era sincera consigo misma, esta vez, era ella quién ahora se estaba dando un espacio para ordenar sus ideas, para procesar lo que estaba ocurriendo con su vida y su -hasta ahora-desconocido legado familiar.

Se lo había comentado aquella mujer soldado de Marley, Yellena: Que más allá del mar, existían personas igual a ella, igual a su madre. Al comienzo, Mikasa se sintió incrédula frente a sus palabras, no lo veía posible. Fue sólo cuando Kiyomi Azumabito se presentó frente a ella, al llegar al recién construido puerto, que lo corroboró. Aquel día se generaría un nuevo acercamiento con su difunta madre y su historia familiar.

Bastó con que Mikasa vislumbrara aquella marca delante de todos, tatuada sobre su muñeca, para corroborar lo innegable a esas alturas: Era heredera directa del clan Hizuru. El descubrimiento no sólo impactó gratamente a la embajadora Kiyomi, a la Legión y a la Reina Historia; en Mikasa también caló con fuerza, pues aquel secreto que por tantos años guardó y que sólo se lo confió a Eren cuando eran niños, por fin vio la luz y tomaba poco a poco un protagonismo inesperado para ella.

¿Qué significaba aquello? ¿Tenía que asumir nuevas responsabilidades? Kiyomi se lo aseguró, su gente la necesitaba y ella no entendía el cómo ni el por qué. Un sinfín de dudas la invadió y colmaron su mente- Y ahora, en esos instantes, sólo buscaba un escape ante tanta información.

Detuvo sus pasos frente a una puerta de madera y golpeó suavemente. En respuesta, escuchó una voz indicándole que pasara. Era la voz que estaba esperando oír y que le daba infinito alivio. Antes de moverse de su lugar, Mikasa trató de cubrir con la manga de la chaqueta su ya conocida marca.

- ¿Mikasa?- Fue lo primero que escuchó apenas entró al despacho. Cuando se encontró con la mirada de él, vio sorpresa en ella.

- Jean... ¿Estás ocupado?- Preguntó Mikasa con suavidad. Él negó rápidamente y se levantó de su escritorio, acercándose a ella.

- Para ti nunca - Respondió Jean rápido, impulsivo. Entonces, sintió sus mejillas arder - Digo, sólo estoy avanzando con unos documentos, pero nada importante.

Mikasa sonrió levemente e ingresó al despacho, seguida por él. Se sentó en una de las sillas, cerca del escritorio y se quedó en silencio, observando el lugar. Jean volvió a su puesto, sin quitar su mirada de ella, mientras pensaba cómo su presencia iluminaba aquel lugar, era feliz casa vez que lo venía a visitar a su pequeño lugar de trabajo.

La joven enfocó su vista hacia los papeles y documentos que había sobre el escritorio de Jean. Desde que se convirtió en el brazo derecho de Hange, generalmente estaba muy ocupado cumpliendo con reportes, diseñando nuevos armamentos y entrenando a reclutas. Podían pasar varios días sin verse, pero cuando las instancias se daban, trataban de no desaprovechar el tiempo. Sin embargo, Mikasa no parecía ser la misma de siempre y decidió darle espacio, hasta que hablara.

Marcas ImborrablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora