Dice of destiny

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¡Hey! Vengo con otro fic de este hermoso proyecto que adoro con todo mi ser, esta vez tiene un ligero cameo por el fic del cumpleaños de Jyuto que hice con anterioridad y referencias a Harry Potter.

El fic no tiene hard por si vinieron por eso pero tiene en una relación a los tres de Fling Posse, algún día escribiré un lemon pero no hoy. Esta historia es por el cumpleaños de nuestro querido Dice, no me dio tiempo para el cumpleaños de Hifumi pero me decidí a hacerle una a Dice ya que es de mi división favorita, es un poco largo a pesar de ser un One shot pero las páginas salían y salían, espero que les guste porque a mí me encantó hacerlo, sobre todo ¡Feliz cumpleaños Dice! Nuestro apostador hermoso favorito.

Ya saben, si dejan favs, comentarios, follows y recomiendan seré muy feliz pero sobre todo, gracias por leer.

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Todos los créditos de los pj's a Hypnosis Mic, yo solo hice a la viejita y a la familia de Dice.

Ya saben, si dejan kudos, comentarios o lo recomiendan yo seré muy feliz, gracias por leer.

—Entonces, joven Dice—Dijo la sirvienta mientras se inclinaba ante el chico de cabellos azules, otorgándole el juego de shogi que había pedido hacía unos minutos.

—Sí, sí, ya puedes retirarte—Respondió el de ojo morado mientras comenzaba a poner las fichas del juego ya que ese día iba contra su tutor, había apostado que si le ganaba, él no tendría clase por quince días, en cambio, si ganaba su profesor, él debía estudiar incluso los fines de semana durante un mes completo.

Sí, la gran familia Risekawa de Tokio. Toda una élite desde la era ¿Meiji? ¿Edo? Ya no se acordaba Dice, solo sabía que si no quería más aburridas clases de historia debía ganarle al viejo para tener todas las tardes libres durante quince días, de esa manera ya no tendría que escapar por las noches a apostar.

Tan fácil que había sido falsificar su identificación ahora que tenía diecisiete años, incluso ya había visitado el barrio rojo un par de veces como pago por algunas apuestas a yakuzas de bajo rango, de hecho recuerda haberle ganado a los gatos de un tipo de pelo blanco y ojos rojos que siempre iba enojado por la vida pero con perforaciones que se le veían jodidamente bien.

Recuerda que a la siguiente noche que fue a apostar, decidió apostar unos piercings nuevos, los cuáles ganó gracias a su buena suerte de esa noche. Al instante fue al primer negocio donde se colocaban piercings y se perforó el ombligo para que nadie lo cachara, después de todo, aún tenía una apariencia que mantener con sus padres aunque, si lo pensaba bien, podía perforarse lo que se le antojara y los únicos que lo notarían en casa serían las mucamas y su tutor, de ahí en fuera, nadie lo haría.

—Dice-sama, le he dicho que eso de apostar nunca lo conducirá a nada bueno—Le advirtió su tutor una vez en el sillón frente a él, viendo como el juego de shogi ya estaba puesto, listo para ser jugado.

Dice a ese punto ya sabía jugar Hanafuda, mahjong, shogi, ajedrez, juegos con baraja inglesa, española, pachinko, entre otros juegos que se supone no debía saber al ser un señorito de clase alta pero, gracias a sus casi diarias escapadas nocturnas que iniciaron a los catorce años por la influencia de un amigo, ahora dominaba casi todos los juegos de apuestas existentes.

Por eso le regañaban en la escuela cuando se dormía o iba tan seguido a la enfermería para dormir, porque toda la noche se la pasaba apostando hasta que fuera una hora cercana a la que las mucamas iban a su habitación a despertarlo.

Sí, una ventaja de ser un niño de clase alta era que sus padres casi nunca estaban en casa así que podía hacer casi todo lo que se le antojaba cuando quisiera además, él no tenía la presión de ser el sucesor familiar gracias a su hermano mayor que era más apto que él, más listo, más dedicado entre otros más pero el pobre ni dominó jugaba y eso era muy triste.

I ain't some collared petWhere stories live. Discover now