26 ~ ¿Tu quien demonios eres?

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*Narra Clover*

Me despierto gracias a mi querido despertador, notese el sarcasmo, a las tres de la madrugada, ya que nuestro vuelo sale a las siete, Dios Bryan, no podías pedir uno mas tarde, pero bueno, me levanto a duras penas con un dolor en el pecho, pero se que no es enfermedad, así que tomo un poco de ropa del armario, algo simple, una camisa blanca y mi chaqueta negra, unos pantalones ajustados desgastados azul muy obscuros y las vans negras, cuento que tenga todo en orden, dejo la ropa en la cama

Entro al baño, el agua caliente relaja mi mente mientras paso el jabón por mi cuerpo, cuando termino, enrollo mi cuerpo en una toalla, y llego devuelta al cuarto, donde me coloco la ropa velozmente; cepillo mi cabello, trenzándolo y lavo mis dientes para ir a despertar a mis flojas amigas.

Salgo de la habitación y entro a la de Cath, donde la muevo hasta que abre los ojos, me vuelve a ver con cara de "chica, estas de broma si crees que me moveré" y los vuelve a cerrar

- ¡Coño Cath!, ¡Que te levantes de una vez ya!- digo halándole la cobija

- No molestes, y déjame dormir- dice luchando por su cobija

Así que me subo a la cama, que choca contra la pared, y la empujo con un pie, haciendo que caiga como un cuerpo muerto y se queje

- Maldita...- susurra mientras me río, en ese momento entra Ally que al parecer escucho todo el alboroto 

- Espero que mis hijas no salgan igual de subnormales como ustedes- dice finalmente para irse por donde vino, Cath y yo nos volvemos a ver y nos empezamos a reír, ok, tal vez si seamos un pelin subnormales, pero "lo que es un caos para la mosca, es normal para la araña", dejo a Cath levantarse tranquila y voy a preparar el desayuno, que consta de unos pancackes, y un poco de jugo, decido hacerlo liviano y sin mucha grasa, así que los coloco en los respectivos platos y en ese momento hacen su aparición, Cath lleva una blusa de tirantes celeste, con una chaqueta blanca y un short de mezclilla clara, junto a sus converse que no se quita por nada, y Ally lleva un vestido veraniego amarillo y sandalias a juego.

Nos sentamos a comer, a pesar de que aquí esta un poco fresco, apenas lleguemos ahí, vamos a morir de calor, así que mejor nos preparamos, terminamos y tocan nuestra puerta, abro pensando que puede ser Bryan, pero me topo con un hombre castaño y de ojos avellana, que me mira con una sonrisa macabra

- Mi linda Clover- dice intentando tocarme la mejilla - te extrañe, ¿Lo sabias?-

- No se quien es usted, y si no se va me veré obligada a llamar a la policía- dije molesta

- Querida, ¿no recuerdas a aquel, que te engendro?- 

Un par de flash-backs vienen a mi, no demasiados, solo unos cuantos, y la mayoría son de mi madre y ese hombre peleando

- Cállate, ¿quieres?- dice una voz aparte de nosotros dos

- Pero si es el perrito faldero- dice burlón, mirando a la persona que hablo

-Perrito mis bolas, largo de la vida de Clov- dice Dylan apretando la mandíbula

- Soy su padre, además ella me ama, y planeo llevármela de aquí- 

- Púdrete- dijimos ambos al mismo tiempo - 

-Largo- dije - ¡Largo!- repetí empujando al hombre, haciendo que se empezara a movilizar, hasta que al fin se fue, diciéndome algo de que un día me iba a tener como hija, cuando estuviera lejos de mi perrito faldero

-Gracias Dylan, no puedo creer que me hayas ayudado luego de  lo que te dije- 

- Te dije que te quiero, y te protegeré aunque me cueste la vida- dijo abrazándome - ah, y para que no te olvides de mi esta semana- iba a preguntar, pero sentí sus labios en los mios, sus labios eran dulces, con un ligero sabor a menta, nuestros labios encajaban como dos piezas de rompecabezas, haciéndome sentir como en una montaña rusa de emociones y con cincuenta unicornios en mi estomago, nos separamos por falta de aire

pronto seré bellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora