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10 de diciembre del 2011.

El día es lluvioso, en mi estéreo suena una canción tranquila del rock independiente. Mi cuerpo está tumbado en el gran sofá de dos, con calzoncillos y un cigarro en la mano.
Siete con cuarenta y cinco. No quiero levantarme, es viernes y habrá una gran fiesta la cual me dedican pues es mi cumpleaños. Sinceramente no tengo ganas de nada. Las luces de un carro alumbran mi rostro, levanto mi cabeza para ver quien mierda viene a joder mi tranquilidad.

- ¡Jake! - dice una voz familiar.
- Malditasea Marcus. - me levanto lentamente, hasta llegar a la puerta.
- ¡Joder! Deberías de estar listo, la fiesta a comenzado. - dice y pasa a mi apartamento.
- No quiero una fiesta de cumpleaños Marcus, y menos donde este Madeline.
- Tranquilo, ella está con un pretendiente nuevo, ¿cuantos a tenido después de ti?
- Agh, no se. - Madeline es mi ex novia, suena raro que el "chico malo" se haya enamorado, pero si, me enamore, y fue de esa perra que lo único que hizo fue romper mi corazón al acostarse con mi padre en mi cuarto.
- Vamos, demuéstrale que tú estás bien. - lo miro mal, aunque la idea no es del todo mala.- tienes razón, vamos.

Me meto a la bañera, tardó unos 10 minutos. Salgo y me visto con una polera roja, unos pantalones negros ajustados, una chaqueta negra de cuero, y botas negras.

Ocho en punto.

Salimos de ahí y al llegar a la casa donde está la inmensa fiesta, alcanzo a ver un trampolín, y fuegos artificiales.

-¡Hermano! Felices 23 años. Ya no eres un bebé. - dice Gate, si, no es un nombre pero así le gusta que lo llamen.

-(río) Gracias. - de ma un fuerte abrazo y me jala para entrar. - Si que invitaste a mucha gente.

-¿Es malo? Mira cuantos culitos te encontré. Después de... ya sabes, necesitas olvidar todo eso.

- Ni me la recuerdes, ¿está aquí? - lo miro y no responde con palabras, su mirada me dirige hasta donde está ella, carajo, ese culo y esos labios carnosos, sus ojos cafés y su cabello rubio, eran mi perdición.

- En fin hermano, hay más peces en el agua. -Dice el moreno y me da un trago de vodka con jugo de arándano. - Me han dicho que esto quita el mal de amores.- sonrío y bebo de mi trago.

Pasan las horas, eh estado con dos chicas durante toda la noche. Si alguna de estas dos afloja, me iré victorioso, pero no, algo o alguien se aproxima a arruinarme esta noche.

- Hola.- dice la rubia, aquella rubia que tanto amaba. Omito el saludo y solo alzo la cabeza en reacción. - Chicas, ¿nos dejan solos?. - las dos morenas a mis lados, se marchan mirando atrás y susurrando cosas. - Es una noche fría, ¿por qué no entras?
- Estaba ocupado.
- ¿Ocupado endulzandoles el oído para que te las lleves a la cama? - lo dice en forma burlona.
- Algo así.- digo seco.
- Ja, y yo que pensaba que aún me querías.
- Lamentablemente te equivocas, tengo putas más decentes a quien querer.- el enojo se apodera de mi. Tranquilo Jake.
- ¿Por que me odias tanto? - sus ojos se inundan de lágrimas.
-¿Es una broma?, ¡te cogiste a mi puto padre!- me levanto de donde estaba y camino dejándola atrás, cuando siento que me toca.

- Yo... aún te amo. Y me siento falta por lo de ese día, iba a decirte...
- Cielos, Cállate Madeline. No tienes justificación. Y créeme si eso es amar, entonces es una mierda.
- Jake...- la miro por un instante, sus ojos cafés y rodeados por sombra negra inundados de lágrimas. Me suelto brusco de su agarre y me meto.

Pronto la música retumba. No paro de beber, estoy mal, estoy drogado, no estoy pensando en nada más que en lo feliz que me siento, las dos morenas de hace unos minutos llegan a hacerme compañía, solo recuerdo un par de besos y que subimos al cuarto.

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⏰ Última actualización: Jul 10, 2018 ⏰

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