Julian McCartney y Hogo Seishin eran dos chicos de Preparatoria que eran mejores amigos. Ambos compartían una pasión, Fairy Tail, el anime que les cambió la vida.
Sin embargo, por ciertos desenlaces desafortunados pierden la vida, pero reciben una s...
Nos ubicamos en cierta parte de la ciudad de Tokio, Japón, siendo más específicos, Akihabara, lugar en donde muchos amantes del anime se encuentran para comprar y disfrutar del lugar temático de anime más grande y variado del planeta.
El paraíso otaku.
Por esas calles se veían a dos muchachos, uno de apariencia japonesa y el otro extranjera, aunque el de apariencia japonesa llevara el cabello rubio y largo, cosa bastante inusual en la cultura de dicho país.
Ambos se encontraban saliendo precisamente de Akihabara con unas bolsas en mano, dando a entender que salieron de compras en ese lugar.
El chico rubio llevaba el nombre de Hogo Seishin, de origen local y un fanático del ánime junto con la música rap.
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El pelinegro llevaba el nombre de Julian McCartney, originario de Liverpool, Inglaterra, fanático del anime, músico, y seguidor de la música rock.
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- Viejo! Estoy muy feliz con esta nueva adquisición! - exclamaba el rubio abrazando la bolsa que llevaba en la mano.
- Si, de hecho yo igual, al fin pudimos comprar las figuras. - respondió el inglés con una sonrisa.
Se preguntarán, qué compraron?
Simple, Seishin compró una figura de una de sus waifus más queridas del anime, Kagura Mikazuchi. Por otro lado, Julian hizo lo mismo, pero en el caso de éste, era Juvia Loxar, del mismo anime.
Cabe resaltar que los dos amigos se empezaron hablar porque compartían el mismo anime favorito, como lo es claramente Fairy Tail.
- Oye Julian, ha pasado una semana desde que Sakura-san te rechazó, te encuentras mejor? - preguntó Seishin.
Inmediatamente, el McCartney mostró un rostro melancólico al recordar a la chica que le gustaba, pero hace una semana lo había rechazado.
- Pues...la verdad no he podido superarlo del todo, pero estoy seguro que lo haré. - respondió con una ligera sonrisa. - Además, hay muchos peces en el mar.
En eso, Seishin parpadea y vemos que voltea su rostro hacia nosotros.
- Vaya, no encuentro fallas en su lógica. - dijo rompiendo la 4ta pared.
