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—Hazlo, bebé.

—N-No quiero.

—Perdiste la apuesta, Chan, sólo hazlo.

Con las manos en las caderas, Chanyeol lanzó un suspiro desesperado y fijó su vista en una esquina mal pintada del techo. ¿Por qué lo hizo?, se preguntó y negó mientras reía. Instantáneamente la imagen de Baekhyun vestido de forma pecaminosa le hizo morderse el labio y entenderlo. No se suponía que pasara de esta forma, de todos modos. El plan definitivamente había fallado en su totalidad, pero no podía salir corriendo ahora. 

Por eso, resignado giró la perilla con lentitud y salió del cuarto de baño. La vergüenza en toda clase de tonos rojizos estaba subiéndole desde la base de su blanquecino cuello hasta la punta de sus pronunciadas orejas. Sus pezones se erizaron con el viento suave que se colaba por algún hueco de la ventana y un mohín se le instaló en los labios cuando cierró la puerta con su espalda. Baekhyun está recostado en el sillón frente a él, escaneándolo de arriba a abajo sin ningún tipo de disimulo y Chanyeol está seguro que si ahora mismo él echa un vistazo al resto de su propio cuerpo, podría notar la vergüenza en cada gota de sudor que corre por su pecho desnudo.

—Eres sexi.— Baekhyun susurra.

En sus ojos puede leerse lujuria. Chanyeol traga duro. Después de esas dos palabras, la temperatura en la habitación ha aumentado considerablemente. Él nunca ha conocido esta faceta de su novio y no es como si alguna vez hubiera querido probarla tampoco, sin embargo, ahora que ve al pelinegro esperando por él, con la mirada oscura y los labios hinchados tras su propia mordida, Chanyeol está considerando que esta escena se repita en más de una ocasión.

—Mi pequeño y gigantesco hombre.

Chanyeol reacciona. No sabe en qué momento Baekhyun se ha puesto de pie y se ha acercado a lamer justo detrás de su oreja derecha, pero lo que sí sabe es que su diferencia de alturas hace que el más bajo tenga que ponerse de puntitas para alcanzar su objetivo y en consecuencia esté levantando el culo de manera tan provocativa que las manos de Chanyeol arden de ganas por tocarlo.

—E-Eso ha sido...— comienza Chanyeol, pero termina por apretar la mandíbula al sentir el músculo húmedo del contrario recorriéndole el cuello. —Baek...— jadea. —Eso ha sido una contradicción.

Baekhyun aleja las manos de los hombros de Chanyeol, se deja caer en lo plano de sus pies y sonríe con picardía. Un beso en la punta de la nariz contraria es suficiente para permanecer mirándose el uno al otro. No hay mejor momento para Baekhyun que este, cuando mira directamente a los ojos de su amante y sabe que él es la causa de que estos estén oscurecidos de deseo. En un suspiro tembloroso, Baekhyun acerca su índice a los labios entre abiertos de su novio. Trata de mantener la calma, pero al primer contacto siente sus piernas derretirse. Los ojos de Chanyeol, fijos en los suyos, están quemándole. Quemándole por todas las malditas partes.

—Chupa.— le ordena. Su voz apenas sale.

El alto acata la orden, concentrando todas sus ansias en succionar el dedo largo y delgado de su novio. Sus ojos permanecen abiertos, fijos en los párpados de Baekhyun que parecen estar perdiendo las fuerzas. Ambos saben que la lengua juega un papel importante en encender la imaginación del otro y desde el momento en que Chanyeol rodeó con la suya el índice de Baekhyun, este no pudo evitar imaginar la humedad de aquella boca y lo duro de esa misma lengua en otras partes de su cuerpo.

Baekhyun estaba jodido.

La habitación comienza a llenarse de jadeos necesitados, cada sonido sucio es una corriente de electricidad recorriéndolos por completos, de pies a cabeza. Sin embargo, esa electricidad queda olvidada cuando Baekhyun siente una bofetada de lujuria directo en su vientre bajo, en el momento en que se dedica a observar la figura delgada y bien esculpida de Chanyeol.

Volcada. °CHANBAEK°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora