Holly [Misterio]

Capitulo 1: Muñeca de Porcelana

Holly

¡¡Holly!! ¡¡Holly!! escucho que dicen mi nombre con desesperación, me aterro y me dirigo a la puerta. 

No contesto, sólo me apoyo en la puerta escuchando mí respiración agitada; por un momento hubo silencio, ese silencio que te acecha.

¡De pronto!

En la puerta se escuchan golpes muy fuerte, como sí hubieran 500 manos desesperadas por un sólo fin.

Tanto así, que mis piernas dejaron de responder por el susto, cayendo al suelo frío.

Observo la puerta, esta está como si estuviese a punto de explotar.

Empiezo a ver todo borroso.

La puerta se abre sin aviso alguno.

El miedo y las ansias se apodera de mi.

Son mis amigas Marie Clare, Rose, Matilda y Diana.

Siento un alivio al verlas, mis articulaciones y facciones se relajan automáticamente.

¿Pero que rayos?

–¿Qué haces en el suelo? Hay que arreglarnos para bajar a desayunar –exclama Rose, la pelirroja con rulos.

–¿No saben tocar una puerta? –Me enfado, un suspiro sale de mis labios– Casi muero del susto, idiotas –respondo, mientras ellas ríen, pensaron que yo también reiría, pero no fue así.

Mi corazón late muy fuerte, me asuste mucho.

Hoy es el aniversario de la muerte de mi hermana Izzy, ese fatídico día que no quiero recordar. Es por eso que el día de hoy estoy muy sensible, al igual que alarmada, ése día quedará grabado en mi memoria, por siempre.

Diana me saca de mis pensamientos.

–Traje lo necesario para vernos fabulosa –notifica, mientras saca de su bolso un estuche de maquillaje.

–¿Perdón? –pregunto como si no entendiera nada.

–¡Tierra llamando a Holly! –bromea Matilda– Vamos, se notas que nos prestas atención.

–Lo siento chicas –me disculpo–. Sólo que, el día de hoy no me siento bien, es el aniversario de Izzy, ya saben –Me pongo sentimental.

De pronto, cruzamos miradas, miradas extrañas. Rose y Marie Claire se ponen un poco nerviosa e incómoda.

–Pero no hay nada que no arregle el maquillaje –asegura Diana rompiendo el silencio.

–En especial la guerra de almohada –Se ríe coqueta Marie Claire, y respectivamente le da un almohadazo a Diana.

–¿Cómo te atreves? –ríe Diana agarrando una almohada,
iniciando la guerra.

Las carcajadas se escuchan en los rincones de la habitación.

-Chicas, tenemos que arreglarnos, recuerden -trata de decir Rose entre risas; evitando una almohada en su pecoso rostro.

-Bueno, hora de la acción, a listarnos. -dice Matilda.

Nos arreglamos y caminamos   por los pasillos.

El ambiente es frío, me atrevería decir, que afuera hay neblina. Odio este tiempo.

Llegamos a la escalera, mientras estamos bajando, mi padre nos recibe con los brazos abiertos.

-Pero que preciosas se ven, todas unas muñecas de porcelanas - dice mi padre, dueño de todo esto.