Día 8 de diciembre, del año 2014.
Lugar : El Gran Prado de las Ovejas.
La madre de nuestra futura ídola, caminaba por un estrecho valle del Gran Prado, acompañada por cinco o seis ovejas más. Estas se dirijían a la tienda de pienso, ya que casi era la hora de comer. A la media hora, la madre de nuestra futura ídola sintio algo; estaba apunto de dar a luz.
La oveja fue hacia la esquina del prado, para dar a luz tranquila y en silencio. Una hora después se encontraba a su lado una corderita, chiquita, pero bonita; nuestra gran ídola.
Y aquí es donde comienza su historia:
Abro los ojos por primera vez, estoy algo atontada, pero feliz de haber llegado al Gran Prado por fin. Siento como mi madre me limpia la suciedad del parto. A la vez pongo una rodilla, despues la otra, y al final conseguí ponerme de pies, temblando. Al cabo de unas horas un gran coche que parecía un mounstro apareció de la nada. Mi madre salió corriendo hacia el coche como las demas ovejas.
Mi dueño, el Sr. Mostacho (como lo llamo yo) tenía aspecto pálido, con su bigote, su barba y parecía que no había dejado de comer en las últimas 24 h. Siento como me observa. El Sr.Mostacho va hacia mi madre, la agarra por una pata y la sube a un remolque lleno de paja por el suelo. Gira la cabeza y va a por mí. Yo intento escapar pero a la menor me coge.
Lugar: La Gran Casa de las Ovejas
Llegamos a un lugar, que estaba bastante lejos del prado. Mi madre me dijo que no me asustase que, allí ibamos a vivir por ahora. El Sr. Mostacho nos bajó del remolque y nos metio en una especia de casa donde había miles de corrales ,con unas 20 ovejas en cada uno, cada oveja tenía su cría.
- ¡A vosotras os toca aquí! - nos dijo el Sr. Mostacho a la vez que nos metió en el corral de la derecha, el que más cerca estaba.
Allí el Sr. Mostacho le echo de comer a todas las ovejas de mi corral, en una comedera. Le pregunté a mi madre que comía y ella me respondió:
-Es forraje, algo que vosotros no podéis comer todavía, ya que vosotros os tenéis que alimentar de leche hasta que tengais 3 o 4 semanas de vida.
De repente ví a dos corderas saltando y jugando a mi derecha ; me acerqué a ellas.
-Hola- les dije- me llamo Emh... ¿Cómo me llamo?
-No sé- respondió una de ellas.
- ¡Tienes pinta de Eustaquia!- dijeron las dos a la vez .
Desde ese momento, ya tenía nombre.
- Yo me llamo Paca- dijo la mas oscura.
-Y yo Pepa - dijo la otra.
Después de ese momento, yo , Pepa, y Paca eramos las mejores amigas.