Los muertos no hablan.

Capitulo dos.(Los vecinos)

Bea despertó empapada en sudor.No se acordaba de qué habia soñado pero sabía que era horrible.Miro distraída por la ventana y observó una luz en la casa de enfrente.

-¡Pero si son las dos de la mañana!-dijo sorprendida tras mirar el reloj-¡Que hacen con la luz encendida!

Tras esto el sueño la venció y se quedó dormida y atravesada en la cama.

Por la mañana se despertó tarde,pero como decía ella,las vacaciones no se hicieron para madrugar.Se vistió y bajó a la cocina.Allí estaban sus padres.

Tras saludarlos y desayunar,les preguntó porque no iban a saludar a los vecinos.Les pareció bien y allí fueron.

La casa de la derecha estaba vacía pero cuando timbraron a la de la izquierda les abrió un chico de la edad de Bea,muy guapo,con el pelo castaño y ojos verdes.

-Nos acabamos de mudar a la casa de al lado-dijo su padre-Soy Javier-declaró tendiendole la mano.

-Yo soy Gabriel,encantado.

-Estan tus padres?-preguntó

-Ahora mismo no,pero si quereis podeis venir a tomar el té por la tarde.

-Por mi bien,tú que dices Lara?-le preguntó a su esposa.

-A mi me parece bien.Por cierto encantada-dijo dandole dos besos a Gabriel.

-Y...Yo soy Bea.

-Me alegro de conocerte,Bea.

Le dió dos besos,y Bea casi se desmaya.

-Es perfecto-pensó Bea tras cerrar la puerta.

-Es perfecta-pensó Gabriel tras cerrar la puerta.

Se dirigieron a la casa de enfrente,esa que le quitaba el sueño a Beatriz.

El montón de cartas había desaparecido.Una caseta de perro ya sin el animal dominaba el jardín.En los macizos de flores dominaban las rosas y las azucenas.

Timbraron pero nadie contestó.

-No hay nadie-dijo su padre-volvamos a casa a hacer la comida.

Mientras comían,Bea estaba absorta en sus pensamientos.

-Estoy segura de que no hay nadie en esa casa.El pomo estaba lleno de polvo como si nadie hubiera entrado en mucho tiempo y estas casas no tienen puerta de atrás.Pero eso no explica la luz de anoche.Quizas fue una alucinación.Mejor me olvido de ello.Soy una paranoica-pensó decidida a olvidarse de todo.

-¡Pero,espera!-se encendió una luz en su cabeza-El montón de cartas ya no estaba.Entonces alguien lo cogió.Pero,¿quién?

A veces la ignorancia es una bendición.

Capítulo largo,espero que os esté gustando.

Id dejando en los comentarios lo que os gustaría que pasara,y si me gusta lo utilizo.

Que os vaya bien el resto del verano.