Prologo,
-¿Qué? ¿Pero estas loca? No. –Niego-
-Christian por favor, es solo por ocho meses. –Dice Elena- Además __________ (Tn) es una chica muy callada, ni vas a sentir su presencia en tu apartamento.
-No –niego- Yo nunca he cuidado de nadie, ni siquiera de una mascota. Menos cuidare de una chiquilla. –Tomo de mi copa de vino-
-¿Christian, estas consciente de que no tengo a mas nadie para pedirle este favor? –dice con voz angustiada-
-Elena si estoy consciente, pero no puedo hacerme cargo de ella. Siempre he vivido solo sin nadie. No puedo. –la miro con detenimiento y sé que esta triste-
-Bien –suspira- cancelare el vuelo y veré que hago. –Toma un sorbo de su copa de agua-
-¿De qué trataba ese viaje? –Pregunto y comienzo a cortar mi filete de res-
-Es sobre una mini competencia que hacen anualmente y llevan a los mejores salones de belleza que hay alrededor del mundo. Este año lo harán en Europa –sonríe- y por fin luego de tanto esfuerzo que he hecho en el salón de belleza, me llego una invitación para la competencia. –Su sonrisa se borra-
-suspiro- Elena, siento el no poder ayudarte esta vez.
-No te preocupes –comienza a comer de su ensalada-
-Conocí a una chica –cambio el tema-
-¿De veras? –Frunce el ceño-
-Si –asiento-
-¿Cómo es? –Toma de su vino-
-Es con las mismas características que busco siempre. –me alzo de hombros- Aunque debo admitir que me sentí raro cuando nos miramos directamente a los ojos. –recuerdo como nos vimos y un escalofrío corre por mi columna vertebral-
-¿Raro? ¿En qué sentido? –Alza una ceja-
-Bueno es que es como si ella pudiera mirar a través de mí, pero es solo una chica. –Continúo comiendo-
-¿Cómo se conocieron? –Toma de su copa con agua-
-En una entrevista –sonrío- Ella vino sustituyendo a una amiga que se enfermó. Me divertí tanto poniéndola nerviosa. –Rio-
-Eres malo –sonríe-
-Que puedo decir, así soy. –Me alzo de hombros-
*Suena el teléfono de Elena*
-Hola –contesta-
-…-
-Oh, está bien allá te veo, y ten mucho cuidado. –dice seria-
-…-
-Bien, nos vemos. –Cuelga-
-Era __________(Tn) –suspira-
-¿Paso algo? –pregunto intrigado-
-No –niega- era para avisarme que llegara tarde porque tiene un proyecto que hacer con un compañero. –Toma de su copa-
-Oh –musito- Ya yo acabe. –señalo mi plato vacío-
-Yo igual. –Toma lo que queda de su copa-
-le hago seña a un mesero para que traiga la cuenta-
-Bueno, nos vemos después y gracias por escucharme. –Dice Elena-
-No fue nada, y siento no poder ayudarte con lo de tu sobrina. –Pago la cuenta y nos ponemos de pie-
-No te preocupes –sonríe de lado- Adiós –me da un beso en la mejilla-
-Nos vemos. –Caminamos fuera del restaurant-