He's a Pirate

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El viento soplaba con esa usual y tranquila calma de esos días. Daba la fuerza suficiente para apoyar a su imponente barco a moverse por toda la extensión de ancho mar.

Ese mar que amaba con toda la fuerza de su alma, y que desde muy pequeño había quedado cautivado de su belleza. Desde sus imponentes y salvajes olas, hasta la dulce melodía de sus tranquilas marejadas al chocar contra la arena.

Amaba incluso ese aroma salado, el sonido de las gaviotas a lo lejos y el de su barco al surcar por las olas.

Desde muy pequeño había aprendido a amar el océano. Su Padre, un habilidoso pesquero, lo llevaba a todos sus viajes con él para que aprendiera a ser un buen marinero. Le enseño todo lo que podía, y él aprendía por su cuenta al ver a los tripulantes del pequeño navío de su Padre.

Recuerda con cariño como es que le contaban sobre sus anécdotas en el mar. Aquellas que iban desde el conocer a las hermosas y mágicas sirenas, así como a las brujas del mar; a los viles piratas que solamente buscaban hacerse de botines para sus fines egoístas y masacrar todo lo que hubiera en su paso, hasta los piratas "amables", que no hacían daño más que a los navíos de la Corona. Aquellos piratas que buscaban la libertad de los mares y que solamente querían disfrutar de lo que sus exóticas tierras podrían ofrecer.

A diferencia de la Corona, que sentía la gran necesidad de controlar todo lo que estuviera sobre y debajo del agua. Mismo que buscaban el control total sobre todo lo existente de sus tierras.

Él, como muchos niños de su edad, admiraba a ciertos piratas que apoyaban a los pequeños poblados más pobres de algunas islas. De los pocos grupos de piratas, admiraba sobre todo a la Hermandad de Piratas de Yuuei.

Todo era una especie de color rosa para él, el pequeño Midoriya Izuku. Todo había sido hermoso hasta esa tormenta donde su Padre, el pequeño barco que tenían y el resto de sus marinos fueron atacados. En medio de la incontrolable tormenta y un mar salvaje, la lucha entre los dos barcos fue destructiva para ambas partes.

El barco de su Padre había sido destruido por el enemigo y el barco enemigo fue destruido por el propio mar en medio de sus salvajes olas.

Lo último que puede recordar de ese momento, fue a su Padre arrojarlo a un bote salvavidas con la esperanza de salvarlo. Después de ello, recuerda borrosamente un cielo azul y sin nubes con un sol que golpeaba su rostro para levantarlo y hacerle saber que estaba vivo.

Recuerda incluso que vio a dos personas hablando en un lenguaje extraño; una de esas personas si logra recordar, tenía el cabello castaño y el otro tenía el cabello rubio, pero lo que no olvidaría de esas dos personas, era una delicada fragancia a lirios acuáticos. Nuevamente, quedo inconsciente hasta que despertó en un camarote, pero no solo en un camarote cualquiera, sino, que se trataba del camarote de uno de los Piratas más temidos de esas aguas.

El Pirata de sonrisa brillante, de risa estridente, de cabellos rubios, de ojos azules como el cielo, y de voz profunda. Uno de los piratas temidos y amado por igual, Toshinori Yagi, conocido como el Pirata All Might.

Capitán del Cascara Roja, y amo de un peligroso, poderoso y leal Kraken. Una criatura que había sido entregada por un antiguo brujo del océano; esta criatura no es completamente un animal tal cual... o al menos no se sabe exactamente qué es lo que es. Se conocen sus tentáculos y lo relacionan a un pulpo por ello mismo, pero, los rumores y análisis siempre decían que no podía haber una criatura como esta. Una que obedeciera orden tal al pie de la letra, que supiera quien es su nuevo Maestro, que fuese leal, y lo suficientemente inteligente para nunca atentar contra la vida de los piratas y marinos que su Maestro no le pidiera.

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