Cómo superar a tu ex [Yoonseok]

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1. Finge que su presencia no te afecta en lo más mínimo, pretende que estás perfectamente bien sin él y sobretodo no cambies tu comportamiento por él.

Dos semanas después de lo que Hoseok nomina como lo mejor que le pudo pasar en la vida, se encuentra en el salón de su casa, exacto, su casa, porque Yoongi ya no vivía más con él, no es como si le afectara demasiado de cualquier modo.

No, para nada, nop.

De hecho, está más que aliviado de no tener que vivir más con su nov- ex, ya no tiene que quejarse a nadie de que no hace bien la compra porque siempre se le olvida de algo, o de no poner papel higiénico en el baño cuando se acaba, de dejar la ropa de abrigo en el pasillo tirada o de poner la música demasiado alta hasta que los vecinos vengan a quejarse a su puerta.

Él está perfectamente bien, todo lo bien que puede estár alguien, porque es Jung Hoseok, y Jung Hoseok no se siente mal por nada ni por nadie que no lo merezca y ese estúpido y caliente rubio no merecía ni que le pisoteara la cara con sus preciadas deportivas balenciaga.

Tratando de no pensar demasiado mira a su alrededor y muerde su labio inferior, quizás y solo quizás ha descuidado un poco, un poquito la casa, nada de lo que exagerar, no es que la ausencia del inombrable le haya puesto triste ni nada, es solo que dá la casualidad que esas semanas le había apetecido bastante no salir de casa y comer todo el día, pero era solo eso, simple antojo. ¡No extrañaba a ese imbécil!

A pesar de que puede oír claramente a la pila de películas románticas malas y ropa sucia que se encuentran en el suelo a su lado susurrar un claro: Lo que tú digas, amigo.

Rodando los ojos, decide que es mejor tirar la basura que a acumulado esos días antes de que su casa sea calificada como basurero municipal del barrio o peor aún, que la pizza que a estado ahí por dias comience a moverse o criar bichos, ew.

No se molesta en cambiarse o ducharse, porque honestamente, que pereza, y la basura no queda muy lejos en su calle, así que sí, sale con una sudadera gigante de Kumamon que pertenecía al innombrable y que al parecer olvidó coger mientras Hoseok le tiraba todo lo que encontraba a la cara en el momento de su ruptura, pero no lo malentiendan, no es porque huela al mayor y por eso la lleve puesta, es simplemente que es suave y cómoda y lo primero que pilló en el armario ¿bien? Demandenlo.

Tiene el cabello desordenado y rizado, tirabuzones llendo en todas direcciones y sus pantalones rosas pastel hasta las rodillas que siguen manchados de cuando pintó junto a quien no se debe nombrar las habitaciones de la casa ¿ha mencionado ya que es solo su casa? Exacto, vive solo, solito, y está muy bien con ello, Jung Hoseok no necesita a un hombre para ser feliz.

Su piel se eriza en alerta cuando pasa frente a la casa de su vecina, la señora Park, es una señora mayor y agradable que prepara unas galletas que están deliciosas, pero habla demasiado para su bien, y su perro es un pequeño diablo salido directamente del infierno, ese jodido perro trata de morderlo cada vez que lo vé así que debe tener mucho cuidado cuando pasa frente a la casa, no quiere hacer ruido y no quiere tener miedo, ese perro puede oler el miedo y encontrarte y morderte. Hoseok ya tiene muchas desgracias como para lidiar con una mordedura de perro en su perfecto y bonito cuerpo.

Le faltan solo unos pasos para pasar por completo la casa cuando ocurre, oye un ladrido que reconoce al instante, gira la cabeza con temor y vé al demonio correr trás él, sus dientes puntiagudos y afilados, su mirada sedienta de sangre y sus patas moviéndose a una velocidad que dejaría tonto al mismísimo Flash.