Domíname...si es que puedes...

Prologo

¿Qué crees que estás haciendo? ¡Es que no te puedo dejar un momento sola! Porque caes en los brazos de otro.

No pude protestar, estaba atónita

— ¡Y tú!—Dijo dando un paso adelante observando al chico.

—Si la vuelves a tocar, lo lamentaras, aunque si le tocaras un pelo, un pelo, yo iría tras de ti, estés donde estés—Comento tomándolo de la camisa mientras lo agitaba fuertemente.

— ¡Ya déjalo!—Grite mientras tiraba de su brazo. El volteo a verme con sus ojos inyectados de ira, obligándome a callarme.

Capitulo 1 - Conociéndolo.

El fuerte ruido me hacia estremecer, molesta metí la cabeza bajo la almohada, intentando disminuir el ruido pero era imposible, seguía ahí, incluso más fuerte.

—Como les gusta joder—Me levante de la cama, sintiendo como el piso vibraba bajo mis pies.

"Katherine, respira, respira, tu solo respira ¿si?"

Caminé hasta allá y me asome por la puerta observando la escalera del dúplex, me arme de valor y baje, pase la sala y llegue el lugar exacto, donde Scott y sus amigos se reunían a tocar lo que ellos llamaban "música". Abrí la puerta de golpe y dramáticamente, captando sus miradas de inmediato.

— ¡Te dije que la despertarías!—Grito Scott alarmado observándome, el cual parecía sacado de una película de terror, podía apostar por eso.

— ¡Cuantas veces te he dicho que no toques tan malditamente fuerte! ¡Animal!—Grité molesta, odiaba que hicieran esto, no dejaban dormir.

—Estoy en mi piso, mi lugar—Comento bajando su voz, mientras sus amigos lo observaban cuchicheando entre ellos.

— ¡Déjate de Idioteces! Y si quieres, ¡vete a Joder con tu mierda de música a otro lugar! ¿Me oíste?—Grite más molesta, observando directamente los ojos de Scott.

—Oye Kate...—el bajista del grupo intento hablar.

—Katherine, para ti. Tienes que llamarme por mi nombre, no te conozco ni tú a mí. Corregí observándolo causando que se pusiera algo nervioso.

—Bueno, Katherine, También es el piso de Scott, así que no comiences con tus berrinches—Parecía seguro manteniendo la vista en mi. Lo que no sabía es que estaba a punto de arrepentirse por aquellas simples palabras.

— ¡Te doy tres putos segundos para que tomes tus cosas y salgas de aquí! ¿Me escuchaste?—El chico rio, como si tomara aquella advertencia por una broma al notar esto fruncí el ceño—Tres....-lo observe de forma dura—dos—todas las miradas de los integrantes de la banda se pusieron en el.

— ¡Esta bien buscaremos otro lugar!—Grito Scott mientras pasaba su mano por su rubio y desordenado cabello. Sabía que el terminaría cediendo, siempre lo hacía.

—Aguafiestas —Gritaron algunos, mientras le lanzaban varias bromas de "controlado".

—Ya vámonos a mi casa— ordeno el bajista observándome, mientras comenzaba a caminar a la salida todos los demás. En realidad no sentía ni una pisca de remordimiento por lo ocurrido.

—Ya deja de ser tan Malvada—Bromeó Scott acercándose a mí. Se detuvo centímetros de mi boca, mientras ahora yo sellaba el beso, un beso algo simple y húmedo, las manos de Scott se posaron con timidez en mi cintura casi pidiendo permiso, mientras yo recorría toda la espalda de el con audacia y decisión—Me tengo que ir—Scott se separo de mi, no sin antes guiñarme uno de sus hermoso ojos verdes y salía de ahí.