Arcanos: El Mundo Oculto

Capítulo 1: La vida perdida

Antes de nada me gustaría contaros parte importante de mi pasado:

Mi vida era fácil, pues no me tenía preocupación alguna. Tenía una agradable familia, mi madre era cálida y agradable, al contrario que mi padre, que era frío y algo paranoico. No era algo que me quitase el sueño y no le di mucha importancia, aunque no supe el motivo hasta que fue demasiado tarde. Todo siempre había funcionado bien, éramos una familia feliz, pero aquel día, en mi noveno cumpleaños, algo ocurrió.

Ese día mi padre estaba más paranoico que de costumbre, se ponía a revisar por todos lados y siempre estaba alerta, como esperando que algo o alguien apareciese de la nada, yo le decía que no pasaba nada, que serían imaginaciones suyas, pero acabó ocurriendo. Acababa de soplar las nueve velas del pastel, cuando, de la nada, un brillante círculo blanquecino empezó a formase en el techo de la sala.
Yo, asustado, se lo dije a mi padre, este entró en pánico, me cogió de la mano y le dijo a mi madre que me cogiera y me alejase de la zona, pero ya era demasiado tarde para nosotros. El círculo ya se terminó de crear, a continuación se expandió y abrió, de él salieron dos hombres cubiertos por túnicas color carmesí, y fue entonces cuando la batalla comenzó. Mi madre corría conmigo subido a su espalda, pero uno de los hombres la atacó con un látigo de energía, tirándonos al suelo. A continuación atacaron a mi padre, el se defendió con toda sus fuerzas, pero lo acabaron capturando y lo arrojaron a un portal diferente, unos momentos después fueron a por mi madre, nosotros estábamos escondidos, yo en un armario y ella debajo de la mesa. No se nos podía ver y tampoco hacíamos ruido, pero aún así nos encotraron, a mi madre aterrorizada e indefensa la estrangularon, y yo era el siguiente. Creía que ese era mi fin, pero al acercarse solo abrieron la puerta del armario y me dijeron: "vive, vive con miedo para siempre, con el remordimiento de no haber hecho nada", acto seguido se fueron por donde vinieron y no volví a saber nada de ellos.

Unos meses más tarde había sido adoptado por un orfanato, y antes de darme cuenta ya se había acabado el año. Los psicólogos no sabían como ayudarme a superarlo, pues tampoco ellos lo entendían. Al final pensaron que fui yo, pues solo quedaba yo vivo y no había pruebas, fui rechazado por el resto.  Estaba solo, traumatizado por la perdida de mis padres, casi siempre con la vista perdida.