Cherry chapstick ✧ SeBaek

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La versión original de I kissed a girl de Katy arriba. ¿Por qué no un cover de un chico? Porque la voz de ella guarda el sentimiento original.
Si pudieran repetir la canción todo el tiempo sería una mejor lectura, lo digo porque así fue cómo la escribí;)
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Sabía que no debía estar allí metido, no cuando Jennie estaba probablemente a mitad de un examen. Pero se había dejado persuadir por Youngho y ahí estaba envuelto en humo de cigarro y nubes de lociones mezclados.

La cabeza le comenzaba a punzar por el volumen de la música que el DJ sonaba, se sentía como el único que no disfrutaba de la vibra incómoda que le provocaba ver tanta gente encimada. Se levantó del sofá tinto con su vasito de whisky vacío ignorando las preguntas de Junmyeon, otro de sus amigos, y acomodó un banquillo para sentarse.

—Una piña colada, por favor. —soltó, cuidando no sonar hastiado.

Giró el asiento para tener una vista completa del establecimiento, trató de no sentirse más incómodo viendo la forma en que tanta gente casi tenía sexo encima de los que bailaban en el escenario del medio, si eso se le podía llamar bailar. Él no acostumbraba a hacerlo y nunca planeaba llevarlo a cabo. Jennie era una chica correcta, de tan buen corazón, inteligente y tímida que se había encargado de templar su propio corazón. No se imaginaba siquiera entre la multitud.

—¿Oh Sehun? —Youngho se acercó por un lado, apestaba a distintas colonias femeninas. Y cómo no si había estado besándose y manoseando a varias chicas al mismo tiempo mientras Sehun lo veía desde el sofá de en frente. No había podido huir porque Junmyeon, sentado en su mismo sillón, lo tenía vigilado y trataba de hacerle la plática.

—¿Qué pasa?, ¿te aburriste de las chicas y decidiste ir a por mí? —dio un largo trago a su bebida, suspirando al final.

—Tu sarcasmo no me gusta. Estás peor cuando Jennie está en exámenes y no te llama. ¿Hace cuánto que no tienes sexo?

—No te interesa. —desvió la mirada. Youngho siguió sus ojos y dio con un grupo de chicos no tan alejados de donde ellos estaban.

—¿Ves a ese chico de ahí? Es caliente, ¿crees que debería hablarle?

Youngho no tenía nada de problemas con su bisexualidad, es más, la disfrutaba tanto como podía. Sehun enfocó su vista en el chico al que su amigo señalaba y vaya que le dio la razón. Nunca le habían interesado los hombres pero no se podía negar cuando uno era sexy. Los ojos remarcados con sombras oscuras, los labios levemente rojos y brillantes, delgado pero con buena y femenina figura, una camisa suelta con los últimos botones abiertos dejando sus esbeltas clavículas a la perfecta vista y ese pantalón negro delineándolo. Vaya que era caliente, no mentiría.

—¿Y tú crees que sea gay?

—Mi querido Oh, poseo un rastreador de gays.

Su amigo empezó una conversación con aquel grupo, pero para sorpresa de Sehun no coqueteó con el chico que él había analizado. Tomó de la mano al chico de al lado y se levantaron a bailar. Dos personas más del grupo se les unieron y dejaron al otro solo, pareció importarle mucho porque se removió un poco y se abrazó a sí mismo.

Sehun no se detuvo a pensar ni un poco y sacó con destreza su billetera dejando dinero en la barra. Caminó hasta el chico con ansia por dentro, sin entenderse. En un parpadeo estaba parado junto a él.

—¿Compañía? —logró articular a medias, sonando nervioso. El otro chico asintió.

—¿A ti también te dejaron solo? —su suave voz despertó algo en Sehun—, ¿o sólo venías a aprovecharte de mí como tu amigo lo hizo con el mío?