Capítulo I
Hace 5 meses
- ¿Podrían hacer el favor de prestar atención? - el silencio empezó a abarcar toda la sala - muy bien, hoy les tengo una tarea especial - comenzó a explicar la profesora de literatura - dado que es su último año será algo fuera de lo común - hizo silencio y volteó a escribir en la pizarra -
Letra por letra fue creando la oración "Intercambio aleatorio internacional". Palabras que por lo menos para mi no tenían sentido. Mis compañeros y yo estábamos expectantes de lo que diría la profesora a continuación.
- Como ya saben, todos nosotros somos vecinos de EE.UU, la tarea que les daré será referente a ese país - hizo una pausa para escribir Estados Unidos debajo del título - este año estuvimos estudiando las cartas. Formales, informales, a larga distancia, etc. a cada uno le tocara un estado y deberá escribir una carta con por lo menos mil palabras, poniendo cualquier cosa que se le ocurra pero que tenga sentido - dejó de hablar para anotar en la pizarra 28 de los 50 estados de EE.UU - deberán mostrarme su progreso y esto definirá la nota final - terminó.
Se escucharon algunas quejas y luego muchos levantaron la mano para hacer preguntas. La profesora señalo a Axel, mi amigo y compañero.
- ¿Si, Palmer? - lo animó.
- ¿Cómo sabemos a donde irá la carta? es decir, solo ponemos el estado que nos toco y ya? - preguntó.
- Claro que no - negó con la cabeza y rió - deberán investigar el estado y poner alguna dirección aleatoria y existente - explicó. Luego señaló a una compañera de la cual no recuerdo el nombre.
- ¿Y si nos responden? o sea, si hipotéticamente mandamos la carta a la casa de alguien que decide leer las mil palabras de un desconocido y también decide responderla, ¿Qué hacemos si nos llega una respuesta? - esta pregunta de echo me interesaba bastante. Pero la verdad no lo creía posible. En el sentido de que si me pasara a mi ni siquiera la leería.
- Eso ya quedaría en ustedes - responde con simpleza.
Algunas preguntas y otras respuestas siguieron fluyendo por la sala hasta que la profesora volvió a pedir que hiciéramos silencio. Fue poniendo nuestros apellidos al lado de el estado que le correspondía a cada uno. Busqué el mio con la mirada y lo encontré junto a Massachusetts, no creo que se muy difícil.
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- ¿A ustedes que estado les tocó? A mi Florida - preguntó Axel.
- A mi California - informó Alaric.
- Pensilvania - dijo seco Derek.
- Oh, mi hogar - fingió llorar Axel lo que nos hizo reír.
- A mi me tocó el estafo de Massachusetts - dije.
- Donde me irán a visitar cuando me mude - agregó Alaric.
- Vienes diciendo que te mudarás desde los trece y aún no has juntado ni un centavo - desafió Derek a su hermano.
- Ya, no empiecen - los cortó Axel ya que con estos dos siempre era lo mismo - vayan pensando que dirá su carta y haciendo un borrador así luego vamos a planificar lo de mañana - terminó y sacó un cuaderno de su mochila.
Una carta a un desconocido, ¿Que podría expresar en mil palabras? ¿Mis problemas? obvio no ¿Mis miedos? ¿Las cosas que me gustan? ¿Las que no? Mi mente estaba totalmente en blanco.
- ¿Ayudita? - digo con cara de cachorro
- Solo cuenta un poco de tu vida, déjate fluir. De igual forma nadie lo leerá - me sugirió Derek
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Perfectos
RomanceAprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta.