La bella muerte

Solía pensar mucho en ella. Cuando estaba triste, solo y asustado, ella era la única solución a todos mis problemas, o al menos eso es lo que yo creía...Era la única que, después de todas las dudas, las penas y las malas decisiones, se quedaba a mi lado, susurrándome en todas las tentaciones en las que podía caer, si tan solo me fuera con ella...Pero al final yo siempre decidía alejarla de mi lado...En el fondo no era una buena compañía...

Podría decirse que me aferraba a una especie de esperanza inexistente, a un atisbo de ilusión, un atisbo arrinconado en lo más profundo de mi corazón que me pedía, suplicante, que me quedara, que me olvidara de ella, que saliera adelante, pues si resistía un poco más, tan solo un poco más, todo saldría bien...Pero cada vez me cuesta más olvidarla; siempre que pienso en ella, me imagino mirándola mientras bailamos, incesantes, tratando de dominarnos el uno al otro, hasta que, finalmente, caigo rendido en sus brazos... Sin embargo, siempre acabo levantándome mientras comienzo a bailar solo, un nuevo vals, al ritmo de la misma canción, pues sé que ella a bailado con más hombres, y que la música siempre se acaba parando...