ONE SHORT 1 💙💙💙

807 37 83
                                    

Era una noche muy fría, estaba lloviendo a cántaros, mientras tanto un Conde de 13 años estaba sentado en su gran sillón revisando varios papeles, pero realmente estaba aburrido, ni siquiera estás prestando atención a los papeles.

Estaba pensando en su mayordomo, estaba confundido, siempre pensó que no podría enamorarse de ese demonio-mayordomo, pero estaba confuso pues al parecer todo arrojaba a que tenía sentimientos hacia su mayordomo.

- Ciel: Sebastián.

Sebastián apareció rápidamente ante el llamado de Ciel.

- Sebastian: Joven amo.
- Ciel: Hazme un té, rápido y no te quedes ahí parado viéndome.
- Sebastian: Yes, my Lord.

Sebastián se fué y preparó un té de flor de cerezo para su amo.

Entonces sonó la puerta tres veces.

- Ciel: Entra.

Sebastián entró con el té y con una sonrisa intacta, entonces el Conde tomó el té y lo probó.

- Ciel: No me gusta Sebastián.

Entonces el Conde lo derramó en la alfombra.

- Ciel: Sebastián limpia.
- Sebastian: Yes, my Lord.

Sebastián sacó un pañuelo blanco y arrodillándose empezó a limpiar aquella alfombra mientras aquel Conde miraba sus papeles.

- Ciel: Sebastián.
- Sebastian: Joven amo.
- Ciel: ¿Los demonios pueden amar a los humanos?
- Sebastian: Joven amo, que pregunta más confusa, nosotros los demonios no tenemos sentimientos como los humanos, pero cuando amamos lo hacemos con locura y somos lastimados por los humanos, ya que damos todo por ellos cuando realmente los amamos, por eso joven amo, los demonios no estamos diseñados para amar.
- Ciel: Sebastián.
- Sebastian: Joven amo.
- Ciel: Mírame.

Sebastián se levantó y miró al Conde.

Entonces Ciel tomó la corbata de Sebastián y empezó a retirarla suavemente.

- Ciel: Sebastián tengo hambre, quiero un pastel de tres chocolates.

Sin embargo el Conde seguía jugando con su mayordomo, retiró la corbata y empezó a desabotonar los botones de la camisa blanca.

Entonces el mayordomo acercó su mano a la corbata de su amo y empezó a soltarla.

En ese momento el Conde levantó su mano y le pegó al mayordomo.

- Ciel: Sebastián, no te he dado permiso de tocarme, ve a preparar mi pastel, rápido Sebastián, tengo hambre, tráeme otro té.
- Sebastian: Yes, my Lord.

Sebastián se retiró rápidamente a preparar lo que había pedido su joven amo.

Mientras tanto el Conde había dejado todos los papeles en la mesa y giró su sillón, viendo la gran ventana y percatandose de la gran tormenta y de qué  era madrugada.

Mientras tanto Sebastián pensaba en su amo.

Sebastián se sentía atraído por su joven amo, pero era una relación que no podía existir, y además esto no estaba permitido para él, desde hace un año había aceptado sus sentimientos hacia su amo pero siempre los mantiene en secreto, sabe lo mal visto que se vería eso, y lo malo que sería.

Cuando terminó se dirigió de nuevo a aquella oficina y golpeó la puerta tres veces.

- Ciel: Entra.

Sebastián dejó la bandeja en la mesa del Conde.

- Ciel: Lárgate de aquí.
- Sebastian: Joven amo ¿Sucede algo?
- Ciel: Qué te largues de aquí, es una orden ¿Acaso estás sordo?
- Sebastian: Disculpe joven amo.

MI DULCE CIELO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora