Prólogo

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Bien, era otro día de mierda.

¿A caso mi nombre fue condenado para tanta mala suerte?

La situación en la casa de mis padres no era la mejor, está bien, todo el mundo tiene sus problemas. Era agobiante mi día a día bajo ese techo, gritos y quejas, nunca faltaba aquello en mi rutina.

Esa mañana mi cabeza dolía como la mierda. ¿Era mucho pedir que se callaran un momento? Al parecer se les hacía difícil eso.

No tenía tanto apetito por lo que solo tomé una taza de café y salí disparado por la puerta del apartamento. Suspiré y mientras caminaba a la parada del bus revisaba mis bolsillos asegurandome de tener dinero para pagar.

Ah, pero... recuerdo mi nombre y mi mala suerte.

Hice una mueca de frustración y casi grito a los cuatro vientos, tiraba todo a la mierda y me iba del lugar hecho una furia.

No tenía dinero.

Traté de calmarme, respirando profundamente justo como Hoseok me había enseñado. "Cuenta hasta diez", había dicho Jung.

¡Pero no podía!

Cuando llegó el bus hablé con el chófer rogándole que por favor me dejara subir al bus. Pero... -siempre hay "peros"- el muy hijo de... no me dejó subirme, bien.

Me tocaba caminar hasta la bendita universidad, el cual me quedaba un poco lejos.

Suspiro una vez más y camino sin ánimos algunos.

"Bien, Min Yoongi, tu suerte es una jodida mierda"

Si, señoras y señores, mi nombre es Yoongi. El sinónimo de la mala suerte y "la vida de mierda".

Mis píes dolían horrores, era demasiado holgazán tal vez, no soportaba caminar tanto. Miraba de vez en cuando la carretera y los autos pasar a toda velocidad.

No, no pensaba lanzarme a la autopista y suicidarme. Aunque eso no era tan mala idea.

Sacudí un poco mi cabeza ante mis pensamientos locos, y volviendo al tema, solo buscaba el auto de Namjoon, compañero de la universidad. Rogaba que pasara justo por ese lugar y me diera un aventón hasta la universidad.

Lamentablemente eso nunca pasó.

Llegué hiperventilando y con mis píes palpitando del dolor. Vi mi reflejo en una de las ventanas, sudaba a montones y el calor que sentía era como tener a Jung Hoseok pegado a mí.

Despeiné mis cabellos y fui al salón que me tocaba.

—¡Yoongi!— Gritó escandaloso Hoseok y corrió a abrazarme. Gruñí al tenerlo encima mío. ¿Leyeron? Ahora sentía más calor con Hoseok pegado, y... Hey, no es ese tipo de calor eh.

—Ew, que asco— Susurró el peli rojo separandose de mí con una graciosa mueca en su rostro. Quería burlarme por su expresión pero... mi humor no era el adecuado ahora

—Hombre, ¿Qué te pasó? Estás muy...— Alcé mi mano para que Namjoon no continuara.

—Sé como me veo justo ahora, Kim— Suspiro por enésima vez en el día sentandome en uno de los pupitres, dejando mi bolso en el suelo.

—¿Un mal día? —Preguntó divertido el moreno sentandose frente a mi y Hoseok a mi lado.

—Como todos los días—Respondo con voz neutral.

Sentía mis ojos pesados producto de no dormir un carajo el día de ayer. El proyecto se acercaba y me obligaba a trabajar duro en ello.

Coloque mis brazos en la madera del pupitre utilizandolo como almohada para dejar caer con cansacio mi cabeza en ellas. Escuchaba como Namjoon y Hoseok hablaban animados sobre algo que no me interesaba en lo más mínimo. Todos en esa aula eran tan ruidosos.

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⏰ Última actualización: Jul 16, 2018 ⏰

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