Prefacio

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Ayer la vi, se veía realmente hermosa con sus rizos, y se que a veces ella dice que están despeinados, pero yo amo como caen por su espalda aunque no le gusten. Yo espero que algún día se de cuenta que me gusta, espero sepa que soy yo el que le manda cartas.

La conocí un día en la universidad que iba caminando con sus dos amigas de siempre, una de sus amigas me llamo mucho la atención, era una castaña bonita y muy alta, quise complacer mi atracción intentando acercarme a su amiga de una manera poco original, le mandé con un amigo un dulce, ellas sorprendidas se dieron cuenta que fui yo el proveniente de eso, y se levantaron dejándome el paso libre para hablar con la castaña. Desde entonces, soy amigo de las tres, hablamos a veces cuando tengo hora libre porque ellas me entretienen mucho.

Así la conocí, con esas largas charlas y pocos los días pero riéndome demasiado de las bromas que se hacían entre las tres. No puedo decir en que momento perdí el interés por la castaña, sólo se que un día ya no hacía mucho esfuerzo por gustarle, solo la empece a ver como una amiga más,  creo que la razón por la que me dejó de gustarme la castaña y empecé a pasar más tiempo con las tres, era por ella. Tenía una personalidad increíble, una alegría que le podía trasmitir a cualquiera, y unas estupideces dichas por ella misma que aunque fueran tontas me hacían reír. Desde esos momentos fue que empezó mi interés  y el fallido intento de charlar más aunque no me mostrara interés alguno, al menos quería intentar y bueno, lo que se vendrá después ya lo sabrán.




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