Capítulo 1: La carta

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El timbre volvió a sonar, allí me encontraba de nuevo, en el aula 32 de aquel maldito instituto, sentada en la mesa al lado de mi mejor y único "amigo": Nicos, un chico bastante guapo la verdad, era moreno tenía los ojos marrones e iba en silla de ruedas, pero eso no le hacía perder su buena condición física.

En cuanto a mi, no soy una chica normal, soy una semidiosa, luché en varias batallas: contra las furias que residen en las tinieblas del tártaro, contra miles de minotauros y otros seres además de proteger junto con mi antigua mascota Cerebero, las puertas del inframundo. Sí, sé muy bien que se pronuncia Cerbero, pero siempre lo he pronunciado así de mal, no lo pienso cambiar ahora.

Un día cuando apenas tenía 15 años Zeus me mandó a este mundo de mierda, lleno de decadencia y desesperación, todo porque nació mi primito Perceo, más conocido como Percy Jackson y tuve que transformarme en lo que soy ahora: una simple humana, que ha de ir a la universidad cada día. La verdad, odiaba a Nicos, era un poco, inútil, pero de vez en cuando me dejaba romper las reglas, hablar con mi padre o adentrarme en el campamento mestizo por las noches, que no se encontraba muy lejos de allí, eran algunas de nuestras no pocas aventuras. El campamento siempre me había parecido aburrido, sin emoción, todo el día entrenando para una supuesta batalla imaginaria. Lo único que lo hacía interesante para mí, era Luke, el hijo de Hermes, llevabamos saliendo, así, a escondidas, hacía casi tres meses. Lo amaba, y él a mi, eramos chicos malos, no nos iban demasiado las reglas, aunque, casi puedo atribuirme el mérito de que no intentara de nuevo mandar al Olimpo al garete. Nicos sin embargo, visitaba a otro centauro, nunca me dijo su nombre, pero sabía que se amaban casi tanto como yo amaba a Luke.

También tenía un profesor de biología algo especial, también centauro, Quirón, bueno en la tierra lo llamamos Sr. Benet, para camuflar. Igual que yo me camuflo, mi nombre es Isabel, pero me llaman Belle en la tierra, tengo treinta y dos años, me llevo más de quince con Percy, y estudio geología, por hacer algo, porque total no me servirá de nada. La próxima clase era de: geología subterránea, ya sabéis, magma, lava, etc. Me apunte para ver las gilipolleces que decían del núcleo de la tierra, que si contenía magma, que si estaba formado por elementos densos.

Sabía bien que estaba formado por almas humanas, monstruos tales como furias y minotauros, y millones de muertos. Aquel día venía un nuevo profesor, coloquialmente llamado (por nosotros) el barbas. Ya os podéis imaginar un poco el porqué, se llamaba Xavi, era moreno y bueno digamos que en su vello facial cabría medio inframundo, y eso que es infinito. Hoy era nuestra tercera clase con él. La verdad es que no le prestaba demasiada atención hasta que dijo lo siguiente:

- Anteriormente, desde que el mundo es mundo se creía que el núcleo de la tierra estaba formado por otras cosas, no por magma ni nada de eso, estaba formado por almas errantes y otras pesadillas, aquello se llamaba... ¿Alguien lo sabe?-

-Inframundo- dije yo en un susurro

Al acabar la clase, media hora después se acercó a mi mesa y dijo:

-Belle, podemos salir afuera, me gustaría hablar contigo sobre el trabajo de final de carrera. Creo que tienes potencial, podrías hacerlo sobre mi asignatura.

-Lo que tengas que decirme, puedes decírmelo aquí- Total estábamos solos yo y Nicos. No era una clase con mucha demanda la verdad, y además, ya me sabía ese cuento, de ''podemos salir a hablar''.

-Isabel, hija de Hades. Te hemos estado esperando.

-¿A mí? ¿Para qué?.-Dije dibujando media sonrisa en mi rostro, al fin algo de acción

-Para matarte.

Inmediatamente aquel hombre, se convirtió en una criatura horrible mezcla de un pollo, un dragón y una mezcla muy loca de animales, a aquella criatura se le conoce como cocatriz.

La hija de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora